A lo largo del 2023, el Gobierno del Frente de Todos, encabezado por Alberto Fernández y Cristina Kirchner, engrosó el gasto público de manera exponencial. Junto a Sergio Massa comenzaron a contratar empleados públicos para dejarle el panorama lo más complejo posible a Javier Milei, presidente electo de la República Argentina, que por medio de un DNU dejó sin efecto todas estas contrataciones del Estado.
La norma comprenderá las contrataciones efectuadas en el marco del artículo 9° de la Ley N° 25.164, del Decreto N° 1109 del 28 de diciembre de 2017, y de toda otra modalidad de contratación que concluya al 31 de diciembre de 2023, según NA. Los empleados y empleadas que se hayan registrado en el sistema previo al 1 de enero del 2023 no sufrirán modificaciones.
Otras personas que también quedan exceptuadas de esta medida son aquellas a las que el titular de cada jurisdicción evalúe que resulte indispensable para el funcionamiento de la jurisdicción, de manera restrictiva y fundada con que su continuidad es necesaria por razones impostergables de funcionamiento, lo que ciertamente son casos realmente escasos.
De esta manera, Javier Milei avanza con su plan motosierra de achicar el Estado lo máximo posible y dejar de gastar dinero de más. De todos modos, el mandatario ordenó auditar cada área del Gobierno y convocó a todos los trabajadores de manera presencial, para así constatar de que realmente existan y puedan cumplir sus funciones.
El mayor gasto del Estado
En la administración del Gobierno central hay casi 500.000 empleados, pero este número crece a casi cuatro millones si se consideran, además, los funcionarios provinciales, municipales, de empresas públicas, de la banca estatal y de universidades y organismos autónomos. Si bien el recorte que propone el libertario es profundo, no sería el sector que más dinero demanda.
Además de la obra pública y viajes al exterior, el sistema jubilatorio y los sueldos de los empleados públicos son los dos puntos que más dinero le hacen gastar a Javier Milei. Según un informe de la consultora Analytica, en el acumulado enero-noviembre, esas dos categorías representan, respectivamente un 42% y un 12% del gasto total.