Sincera, directa y sin pelos en la lengua. De esta manera fue como se mostró nada más y nada menos que Romina Pereiro, la reconocida nutricionista que estuvo como invitada en Podemos Hablar, el programa que lleva adelante Andy Kusnetzoff a través de la pantalla de Telefe, donde como era de esperarse, le preguntaron sobre su exmarido, Jorge Rial.
«¿Cómo visite tu separación?», quiso saber Mariana Arias, otra de las invitadas, en un frente a frente. Fue allí cuando la profesional de la salud dejó las cosas muy en claro. «Difícil… sobre todo por lo público. La verdad es que nos casamos con mucho deseo, muchas expectativas. Nos pasaron varias cosas. Obviamente que desarmar una familia era muy doloroso, con chicos también… una casa recién comprada», afirmó.
«Lo que se armó mediáticamente me sobrepasó. Me pasó por arriba, no lo pude manejar. Estaba intentando manejar mis emociones con respecto a lo que estaba pasando adentro de mi casa, pero todo lo público me desbordó. Tuve ataques de pánico, estrés, ansiedad, que me lo generaba el afuera. Yo intentaba protegerme, pero sonaba el celular todo el tiempo, los periodistas en la puerta», comentó Romina Pereiro.
«Llevar a mis hijas al colegio y tener al notero en la puerta que no era respetuoso. Yo no tenía nada para decir. Eso fue lo que más me costó, la parte de mi estrés y mi ansiedad. Nosotros la verdad es que no tuvimos problema, fue una separación hablada y muy madura de parte de los dos», dijo de manera tajante.
Ante la mirada atenta de Andy Kusnetzoff y cada uno de los invitados, Romina Pereiro decidió ir por más. «De hecho seguimos teniendo buen vínculo, buena relación. No fue eso lo difícil más allá de la separación, pero sí escuchar todo lo demás que se dice de cosas que no tenían nada que ver con la realidad, sobredimensionadas», aclaró.
«Todo el tiempo me decían que no aclare, pero se hacían bolas gigantes. Lo manejé como pude, me refugié en mis amigos y mi familia, traté de proteger a mis hijas, yo no querían que sufriera. Ellas también la estaban pasando mal. Hice terapia, los ataques de pánico no son una pavada», sentenció la nutricionista.
