Este martes, los bombardeos de Israel alcanzaron el centro de Gaza, después de que el primer ministro Benjamin Netanyahu prometiera no dar tregua en los ataques contra Hamás, mientras los residentes del enclave costero lloraban más muertos en una guerra que ha costado la vida a más de 20.000 palestinos.
Israel está decidido a perseguir su objetivo de destruir a Hamás a pesar de los llamamientos mundiales a un alto el fuego en una guerra que dura ya 11 semanas, en un clima de temor a que el conflicto se extienda con fuerzas alineadas con Estados Unidos e Irán atacándose mutuamente en otros lugares de la región.
Desde que Hamás perpetró el ataque miliciano palestino más mortífero contra Israel en los 75 años de historia del país, Netanyahu ha respondido con un ataque total contra Gaza, un territorio gobernado por Hamás. Este martes, el ejército israelí dijo que 160 soldados habían muerto en Gaza desde que comenzaron las operaciones terrestres el 20 de octubre.
El primer ministro afirmó que Tel Aviv no conseguirá liberar a los rehenes en manos de Hamás si no ejerce presión militar. «No nos detendremos. La guerra continuará hasta el final, hasta que la acabemos, nada menos», aseguró. Casi 20.700 gazatíes han muerto, 250 de ellos en las últimas 24 horas, según las autoridades de Gaza, informó Reuters.
En otros lugares de la región, el ejército estadounidense ha sido atacado al menos 100 veces en Irak y Siria desde que comenzó la guerra entre Israel y Hamás en octubre, normalmente con una mezcla de cohetes y aviones no tripulados de ataque unidireccional. La guerra de Gaza también ha avivado la violencia en Cisjordania, otro territorio ocupado por Israel en el que los palestinos quieren crear un Estado.