El cineasta y reconocido piloto de avión, Enrique Piñeyro, desestimó la gravedad de las amenazas del presidente de la Argentina, Alberto Fernández, con respecto a una supuesta mira telescópica que vio en 2 o 3 ocasiones en el interior del helicóptero presidencial mientras viajaba. En ese sentido, Piñeyro dijo que se trató de una travesía de un habitante que utilizó algún tipo de laser astronómico que se vende en cualquier tienda de juguetes electrónicos.
«Mientras yo fui presidente dos o tres veces, mientras viajaba en helicóptero de Casa Rosada a Olivos, me apareció una mira telescópica dentro del helicóptero», dijo Alberto Fernández en una entrevista hecha hace pocos días y agregó: «Se trató de un rayo láser, una mirilla, alguien que está con algún arma enfocándome con el láser al helicóptero. No creo que haya pretendido tirar el helicóptero. No sé».
«Lo que sí quería era que yo recibiera el mensaje de que había una mira telescópica apuntando al helicóptero. No me pasó una vez, me pasó dos, tres o cuatro veces, y con mi custodia lo vimos, y nos callamos porque dijimos: ‘No hagamos un problema con esto», relató Fernández tratando de provocar el espasmo en los oyentes.
La respuesta del piloto que dejó ridiculizado a Alberto Fernández
«De todas las tonterías aeronáuticas que escuché esta se lleva las palmas. Lamento decirle al presidente que no, nadie atentó contra su vida. Son punteros láser astronómicos que se compran en cualquier lado a 8 u$s. Si a él le pasó 2 o 3 veces a nosotros (los pilotos de aviones) nos pasó 20 o 30 veces», indicó Piñeyro con total claridad en su cuenta personal de Twitter.
En Mercado Libre se venden láseres astronómicos por aproximadamente 10.000 pesos argentinos y son capaces de apuntar hasta 7.000 metros de distancia. Los helicópteros comúnmente no exceden los 3.000 metros de altura, por lo tanto, podría haber sido alcanzado fácilmente por cualquiera de estos láseres comerciales.
Con el trasfondo de la accesibilidad de estos dispositivos y su capacidad para alcanzar alturas superiores a las de los vuelos presidenciales, la narrativa inicial de amenazas se desvanece, revelando un capítulo más ligero en la compleja trama política argentina.
