A dos semanas del inicio del reality, los participantes de Gran Hermano siguen conociéndose entre ellos. Esta semana las chicas se juntaron en la habitación para conversar sobre sus vidas, momento que Lucía Maidana, la joven salteña de 22 años, aprovechó para abrir su corazón y contarles a sus compañeras su difícil historia familiar.
Tras contarles a sus compañeras que está de novia con una chica llamada Virginia, Lucía reveló que tuvo que viajar a España para alejarse de su familia, y es que esta nunca logró aceptar su orientación sexual. «A mi casa ella no viene, yo sí a la de ella. Pero bueno, a la casa de mi abuela sí va, a la casa de mis tíos también, pero a mi casa no», dijo la joven oriunda de Salta sobre el trato de sus padres para con su pareja.
“No va a mi casa porque mi papá la ve y la mata, básicamente. Mi papá la enfrentó a mi novia y todo. Y mi novia se le plantó. Y hay que plantársele a mi papá, es como plantársele a un militar”, contó Lucía. Luego, preguntó: “¿Sabían que hay como centros de conversiones?”. Al ver las expresiones de desconocimiento de sus compañeras, explicó: “Son centros de conversiones. O sea, a mí me quisieron mandar con una psicóloga, de España, que ‘te curaba’”.
“No sé bien qué te harán, boluda. A mí me dijeron tipo electroshock, todas esas cosas. Para mí es re normal eso, que te intenten ‘convertir’”, agregó Lucía. También dio detalles de su familia, a quien definió como elitista y muy católica: “Mi familia pertenece a un lugar, de elite, donde a los 15 años tenés un baile en una época del año donde un chico te tiene que invitar. Se llama ‘El baila de jovencitas’”, reveló.
“Eso se usaba para que los hombres pudieran ver a las chicas y supieran a quiénes podían elegir en un futuro. Para que te presenten el apellido y el nombre. Es ‘el’ evento de la familia, del año”, explicó Lucía. Sobre cómo hizo para sobrellevar esta situación, la salteña contó: “Ahora me río, tengo un grupo con mis amigas que llamamos ‘Las carboncitos’, porque estábamos re quemadas, en Salta. Porque siempre hicimos de todo lo que se nos cantó el orto, mi novia es salteña también, pero la familia de ella es como más tranqui que la mía”. “Si bien a ella también le costó, porque fue al psicólogo y todas esas cosas, fue todo mucho más tranqui”, concluyó la joven.
