El salario mínimo en la Argentina es el segundo más bajo de América Latina ECONOMÍA El Intransigente

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El salario mínimo en la Argentina es el segundo más bajo de América Latina

Cuando Cristina Kirchner dejó el Gobierno nacional en 2015, los argentinos gozaban del sueldo más alto en Latinoamérica.

El salario mínimo argentino se encuentra en el foco de atención al ubicarse en US$152 al cierre de diciembre. Este valor lo sitúa como el segundo más bajo de América Latina, solo superando a Venezuela. La situación contrasta con la posición que ocupaba la Argentina hace 8 años, cuando lideraba la región con $583 dólares mensuales. La devaluación y la falta de actualización salarial desde diciembre bajo la administración de Javier Milei también ha contribuido negativamente a este escenario.

La comparación internacional revela una brecha significativa, ya que el salario mínimo en Argentina es cuatro veces menor que en Costa Rica, Uruguay y Chile, según las estadísticas de la consultora Statist. Costa Rica encabeza la lista con US$687, mientras que Uruguay y Chile registran cifras sustancialmente más elevadas. La gestión de Luis Lacalle Pou en Uruguay y las medidas adoptadas por Gabriel Boric en Chile han contribuido a incrementos significativos en los salarios mínimos de ambos países.

La Administración Milei enfrenta críticas por demorar las actualizaciones salariales, y el secretario de Trabajo, Ómar Yasin, ha anunciado la convocatoria del Consejo del Salario Mínimo, Vital y Móvil en los próximos días, anticipando «considerables» incrementos. Este escenario se suma a las tensiones en las negociaciones paritarias entre patronales y gremios, con amenazas de despidos en medio de la recesión.

El desafío de Milei en la Argentina: aumentar los salarios lo más rápido posible

En paralelo, el análisis de las tarifas de servicios públicos, como gas y electricidad, se encuentra en el horizonte. La dolarización de estos servicios y la retirada de subsidios generan preocupaciones sobre aumentos significativos en las facturas de marzo, impactando directamente en el bolsillo de los ciudadanos. La situación económica de la Argentina se mantiene en el centro de la discusión, planteando desafíos significativos para la administración de Milei.

La abrupta caída en la clasificación de salario mínimo dolarizado, pasando de liderar la región a ocupar el penúltimo lugar, evidencia el impacto de las decisiones de política económica y la falta de ajustes salariales. La desregulación propuesta por el equipo económico de Milei, si bien busca impulsar la economía, plantea retos adicionales en términos de equidad y calidad de vida para los trabajadores.

El ajuste necesario para equilibrar las necesidades del país con las demandas sociales requiere un enfoque integral que contemple tanto la competitividad como la justa distribución de los recursos. La coyuntura actual pone de manifiesto la urgencia de un diálogo constructivo entre los actores gubernamentales, empresariales y sindicales para encontrar soluciones.

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