Una situación realmente cargada de sentimientos fue la que tuvo lugar en Mañanísima, el programa que lleva adelante Carmen Barbieri a través de la pantalla de Canal Trece. Allí, dialogaron con Ana Rosenfeld, la reconocida abogada que aún sufre por la muerte de su marido, quien falleció mientras se encontraban años atrás en Miami, donde dio positivo de covid.
«Yo sé que Marcelo fue y será por siempre el hombre de tu vida, ¿pero estás sola? ¿No estás abierta al amor? Estás tan linda, Ana. De verdad, siempre fuiste linda, pero estás bárbara. ¿No tenés en la cabeza el hecho de abrir una puerta?», comenzó asegurando la presentadora.
«Sabés que pasa, Carmen, no es lo mismo divorciarte que enviudar. Cuando estabas separada de tu marido a lo mejor estabas abierta, podías tener noviazgos, relaciones y demás, a partir de que se produce un quiebre con un fallecimiento es muy difícil retornar, retomar», comentó Ana Rosenfeld.
«Recién se cumplieron dos años de la desaparición física de Marcelo y todos me dicen que estoy recuperando un poco mi sonrisa. Yo antes sonreía con toda mi cara, ahora es como que mis ojos no brillan como antes. Trato de sonreír y estar contenta, trato de estar activa porque esa es una de las claves, no para gustarle a cualquiera, sino para gustarte a vos misma», afirmó la letrada.
«¿Qué quisiera Marcelo en este momento desde el cielo que seguramente está sentadito al lado de Dios? ¿Alguna vez lo hablaron eso?», quiso saber Carmen Barbieri. «Marcelo era muy celoso, así que creo que esté donde esté no me imagina acompañada», dijo la entrevistada. «Yo te quiero mucho, Ana. Cuando él estuvo internado te llamaba a cada rato y siempre me atendías. Sos una mujer amorosa», sostuvo la madre de Fede Bal.
«Fuiste para mí una gran acompañante porque como habías vivido algo muy parecido a lo que sucedió con Marcelo, me dabas el aliciente de decir que se podía. Vos me decías que le hable porque me escuchaba. Eso para mí es como que me lo dijo alguien que lo vivió de adentro. Para mí fuiste una gran ayuda en un momento tan difícil», apuntó Ana realmente movilizada. «Él está sentado al lado de Dios porque era un tipo genial», finalizó Carmen.