El aspirante presidencial de Estados Unidos, Ron DeSantis, que una vez fue visto como la mejor opción de los republicanos para superar a Donald Trump, abandonó la carrera de las primarias el domingo, una salida relativamente temprana que subraya el férreo control que el expresidente mantiene sobre el partido.
A través de un video, el gobernador de Florida anunció su apoyo a Trump. DeSantis había sido ampliamente considerado como uno de los principales aspirantes a la nominación republicana de 2024 y heredero natural del magnate debido a su estilo combativo y sus opiniones profundamente conservadoras. A principios de 2023, lideró varias encuestas cara a cara contra Trump.
Pero el apoyo para con DeSantis fue disminuyendo durante varios meses, debido a una estrategia de campaña defectuosa, a su aparente relación incómoda con los votantes en la campaña electoral y al control hasta ahora inquebrantable de Trump sobre gran parte de la base del partido.
El fin de su candidatura significa que la exembajadora de Estados Unidos ante la ONU, Nikki Haley, es ahora la última republicana en carrera con posibilidades —aunque lejanas— de negar la nominación a Trump. El ganador de la contienda por la nominación republicana se enfrentará al presidente Joe Biden, probable candidato demócrata, en las elecciones generales de noviembre, informó Reuters.
Varios aliados de DeSantis dicen que el gobernador esperó demasiado para convertirse en candidato, lanzando finalmente su postulación en mayo, más de seis meses después de que Trump lo hubiera hecho. Eso dejó al gobernador expuesto a los ataques del expresidente, mientras que el propio gobernador hizo poco para defenderse, insistiendo en que no era un candidato.