En su intervención en la reunión anual del Foro Económico en Davos, el presidente de España, Pedro Sánchez, ha intentado acercarse con las principales empresas globales para que inviertan en su país. Antes de Sánchez, fue el turno de Javier Milei con un discurso cargado de consignas promercado y antiglobalización en donde alertó sobre las consecuencias del socialismo, un discurso que utilizó durante toda la campaña electoral en Argentina.
«Estoy acá para contarles que Occidente está en peligro», comenzó Milei y culpó por eso «a quienes dicen defender los valores de Occidente» pero aseguró que están «cooptados por una visión del mundo que inexorablemente conduce al socialismo». «Los principales líderes del mundo occidental han abandonado el modelo de la libertad por experimentos colectivistas», los acusó, replicó La Política Online.
«Occidente está en peligro porque en aquellos países que debiéramos defender los valores del libre mercado, la propiedad privada y las demás instituciones del liberalismo, sectores del establishment político y económico, algunos por errores en su marco teórico y otros por ambición de poder, están socavando los fundamentos del liberalismo, abriéndole las puertas al socialismo», continuó.
A su turno, Sánchez arremetió con todo y en su discurso dijo que «los españoles saben que las políticas neoliberales no funcionan. Que la opción de reducir el tamaño del sector público y dejar solos a los ciudadanos y a las pequeñas empresas cuando surgen los problemas no tiene sentido. Y que, cuando colaboramos y estamos juntos, somos más fuertes».
Además, Sánchez planteó que uno de los retos globales está relacionado con «la propia supervivencia del orden internacional basado en reglas que tanta prosperidad nos han aportado desde el final de la Segunda Guerra Mundial». «La futura estabilidad del mundo se está decidiendo en Ucrania y Gaza mientras hablamos», añadió.
Tras mostrar de nuevo su apoyo a Ucrania, sostuvo: «Una solución que reconozca la existencia de dos Estados, Israel y Palestina, que vivan en paz y seguridad». No es la primera vez que Sánchez usa al nuevo presidente argentino como ejemplo de lo que no hay que hacer. Lo ha hecho durante la campaña y ahora, sin mencionarlo directamente, ha marcado su diferencia.
Por último, en este año electoral crucial, ha pedido a los gobiernos y a las empresas que «estén a la altura». «Debemos trabajar juntos para construir una nueva prosperidad. Un nuevo triángulo virtuoso formado por el sector privado, el Estado y la sociedad civil que nos permita garantizar la prosperidad económica, aumentar el bienestar y la igualdad y asegurar la sostenibilidad medioambiental para todos y en todo el mundo», remató.