Se vivió un momento de mucha tensión en Telefe y el revuelo fue total. Claro que hablamos de «Gran Hermano», el ciclo estrella de la señal, por el debate picante que se planteó recientemente. Sucede que la salida voluntaria de Carla del programa encendió la discusión en el panel del formato y Eliana Guercio salió con los tapones de punta.
“Vos planeaste esto para que te vea todo el mundo, te divertís un rato, te mira toda la gente en la casa más famosa y después vuelvo para charlar con mis amigas lo bueno que estuvo entrar a la casa de Gran Hermano”, le dijo la panelista a «La Chula» y sorprendió a los presentes.
Pero eso no fue todo, ya que Eliana volvió a recoger el guante en la pantalla de Telefe: “Me parece que entraste planeando irte, hacerte famosa para vender tu negocio. Yo soy madre, tengo 47 años, tengo cuatro hijos y sé perfectamente que a las 24 horas de no ver a mi hija no me voy a poner a hacer un berrinche en la cama y los adoro igual o más que vos”.
“Para mí fue una falta de respeto para todos nosotros que estamos acá, llegamos temprano y nos ocupamos de hacer el análisis de un juego que es para ganar y no para ‘me hago famosa y veo que hago con eso’. Mucha gente quiso entrar para cumplir un sueño por una necesidad. Me parece egoísta”, siguió la compañera de Santiago del Moro.
En ese momento, Carla tuvo la oportunidad de defenderse: “El día que agarré la foto de mi hijo y me metí a la cama, si eso fue actuado merezco estar…” “Malísimo de lo actuado. ¿Tenés el síndrome del ojo seco?”, le planteó la integrante de Telefe con ironía. “Si no me viste las lágrimas tendrás vos un problema de vista”, dijo la exparticipante para cerrar con el fuerte intercambio.
La advertencia de Santiago del Moro
En medio de la movida en la casa de «Gran Hermano» por la salida de Carla, el presentador de Telefe le hizo un contundente planteo a los participantes: Chicos, recuerden los que están jugando este juego que deben honrar esa casa por ustedes y por respeto a los millones de personas que quieren estar ahí. Cuando yo los escucho, y las personas de afuera los escuchan diciendo ‘que ganas de irme, cómo te envidio’ tienen que saber que hay gente colgada de los tapiales para entrar a esa casa».
