La cifra de fallecidos por los incendios forestales en Chile subió a 112 la noche del domingo, informaron autoridades, mientras que el presidente Gabriel Boric aseguró que el país enfrenta una tragedia de «magnitudes muy grande» y que el número de víctimas va a seguir creciendo «significativamente».
La mayoría del fuego comprendía la región costera Valparaíso, hogar de casi un millón de habitantes, sede del Congreso y de uno de los principales puertos del país. Por la tarde del domingo, cientos de bomberos, soldados y brigadistas batallaban para apagar varios focos en el centro y sur del país. «Estamos frente a una tragedia de magnitudes muy grande», expresó Boric.
Además, confirmó que tomó la decisión de mantener el toque de queda y reforzar la presencia de militares en las zonas más afectadas. El Servicio Médico Legal confirmó que la cifra de fallecidos se incrementó de 99 a 112 en la noche del domingo. Además de Valparaíso, el fuego estaba activo en las regiones centrales O’Higgins, Maule y Ñuble y la sureña La Araucanía.
«Sabemos que esa cifra va a crecer, va a crecer significativamente», agregó Boric. La tragedia es la peor desde un potente terremoto de 2010 que dejó 500 muertos, cerca de 500.000 viviendas afectadas, dos millones de damnificados y arrasó ciudades costeras. El mandatario informó que decretó duelo nacional por dos días a partir del lunes «porque Chile entero sufre y llora a nuestros muertos», replicó Reuters.
El fuego también obligó a detener la refinería Aconcagua, la segunda más grande del país, ubicada a unos 15 kilómetros al norte de la ciudad costera Viña del Mar, fuertemente afectada por los incendios. El año pasado, potenciados por una ola de calor récord, los incendios dejaron una treintena de fallecidos y afectaron a más de 400.000 hectáreas en todo Chile.