En una resolución que ha captado la atención internacional, el avión de la empresa Emtrasur Cargo, retenido en el Aeropuerto de Ezeiza desde junio de 2022, finalmente despegó en la madrugada de hoy con destino a Estados Unidos. La aeronave, un Boeing 747-300 con el registro YV3531, fue objeto de un prolongado proceso judicial y se encontraba bajo la mira de la justicia estadounidense.
El trasfondo de esta situación se remonta a la adquisición del avión por parte de la dictadura venezolana, comandada actualmente por Nicolás Maduro, a la empresa de Irán Maham Air, la cual enfrenta embargos en territorio estadounidense. De acuerdo a datos de la agencia NA, la justicia de Estados Unidos solicitó su decomiso alegando supuestos usos con fines terroristas.
La aeronave, perteneciente a Emtrasur Cargo, una subsidiaria del Consorcio Conviasa vinculado a la dictadura de Maduro, había sido retenida con una tripulación compuesta por 14 venezolanos y 5 iraníes. Tras meses de investigaciones, el año pasado se permitió la salida del país de la mayoría de la tripulación, cuyos motivos y actividades en la región nunca fueron completamente esclarecidos.
El proceso judicial en la Argentina, dirigido por el juez federal Federico Villena, tomó un nuevo giro a principios de enero cuando se aceptó la solicitud de los tribunales estadounidenses. La orden de decomiso generó un complejo escenario político y legal que involucró a La Cámpora y a la Policía Aeroportuaria, retrasando el desenlace del caso.
No obstante, el desenlace de este caso se entrelaza con un episodio adicional de controversia. El diplomático venezolano Jesús Jara Díaz, exprimer secretario de la embajada de Venezuela, fue detenido en Ezeiza el 5 de febrero pasado por sacar fotografías no autorizadas al avión. La Cancillería argentina declaró a Jara Díaz «persona non grata», y este fue obligado a abandonar el país.
Esta historia, llena de intrigas y complicaciones, refleja las complejas relaciones diplomáticas y judiciales entre Argentina, Estados Unidos, Venezuela e Irán, y deja una serie de interrogantes sobre el uso y la procedencia de la aeronave en cuestión.
La historia del polémico avión
La aeronave de carga fue adquirida por Venezuela a través de la aerolínea iraní Mahan Air, llegando a Argentina con un cargamento de autopartes de Volkswagen. Sin embargo, las autoridades estadounidenses alegan que la transacción entre Mahan Air y la empresa venezolana Conviasa violó las restricciones impuestas contra dicha aerolínea e Irán, por lo que solicitaron el decomiso del avión.
La situación se complicó entre febrero y mayo de 2022, ya que Conviasa permitió que la aeronave realizara un viaje desde Caracas a Teherán y Moscú. El 6 de junio de 2022, el avión llegó a Buenos Aires transportando autopartes de SAS Automotriz, una compañía que comercializa asientos y paneles de instrumentos para Volkswagen. Dos días después de su arribo, el 8 de junio, la aeronave intentó dirigirse a Uruguay para cargar combustible, pero las autoridades de ese país le negaron el permiso para aterrizar.
En ese momento, la Justicia argentina retuvo a la tripulación compuesta por quince venezolanos y cuatro iraníes. Sin embargo, tras concluir que no habían cometido ningún delito, todos fueron liberados sin cargos. El 29 de diciembre, el juez federal Federico Villena dictaminó el decomiso definitivo del avión iraní de Emtrasur.
