El presidente argentino, Javier Milei se convirtió en el centro de atención y euforia entre los pasajeros cuando abordó su vuelo de regreso de Washington a la Argentina. Todos los que estaban abordo del sector de «primera clase» del avión mostró su entusiasmo al querer capturar el momento con el mandatario, generando incluso la intervención de la tripulación para mantener el orden.
Durante el embarque, la multitud de pasajeros buscaba ansiosamente una foto con Milei, desatando un momento peculiar en el que la tripulación tuvo que intervenir para asegurarse de que el vuelo despegara a tiempo. «Tenemos que sacar el vuelo a horario, chicos, la última foto y vamos. A la bajada le sacan fotos», indicó uno de los oficiales mientras intentaba organizar la situación.
La atención alcanzó su punto álgido cuando un miembro de la tripulación norteamericano felicitó a Milei y le expresó su honor por tenerlo a bordo, incluso preguntando si conduciría el país hacia el triunfo. La respuesta de Milei fue llena de humor: «Y… tiene sus dificultades».
Las muestras de apoyo no se hicieron esperar. Otro viajero se le acercó al economista y le dijo en la cara: «Tenés unos huevos que no tiene nadie». Hasta chicos pequeños no querían perder la oportunidad de una foto con el presidente, el ambiente estaba lleno de entusiasmo y energía positiva. Uno de los pasajeros, al fondo, exclamó «¡Viva la libertad, carajo!».
El episodio refleja el impacto y la popularidad que líder de La Libertad Avanza ha ganado no solo en la escena política sino también entre los ciudadanos, generando momentos inusuales y alegres incluso en contextos tan cotidianos como un vuelo comercial. A pesar de las dificultades y el ajuste fiscal y monetario que implica una regresión en los salarios populares, los argentinos confían en que es el único camino para salir de la crisis cambiaria e inflacionaria.
Milei como estrella popular
En un momento en que la política a menudo se ve marcada por la división y la polarización, la experiencia en el avión sugiere que la figura de Milei puede representar algo más amplio, algo que va más allá de las fronteras partidistas. Su capacidad para generar entusiasmo, incluso en un entorno tan común como un vuelo comercial, plantea preguntas sobre el papel de los líderes políticos en la sociedad y cómo pueden impactar de manera positiva más allá de sus dificultades en la gestión.