Luego del último «Congelados» en Gran Hermano, «Furia» abrió su corazón y se sinceró con los espectadores. Puesto que, la doble de riesgo aseguró que su familia difícilmente participaría del juego. Puntualmente, la participante reveló que los miembros más cercanos de su familia no tienen preferencia por la exposición. Por lo que no ingresarían a la casa.
En este aspecto, Juliana contó la situación mientras lavaba los platos en Gran Hermano. Además, expresó: «Como veremos, mi familia no quiere venir a la casa. Así que si para la semana que viene estoy, supongo que ahí vendrá alguien», aseguró, dando a entender que nadie de su familia entraría a visitarla por el miedo a la exposición.
Incluso, se animó a hipotetizar un escenario donde la producción de Gran Hermano le comunica personalmente sobre esta cuestión. Puntualmente, manifestó: «A menos que me llamen al confesionario. Y me digan “Che, Juli, te explicamos una cosa, tu familia no se quiere exponer”. Yo les voy a decir que está perfecto. No pasa nada, es entendible. Es demasiado entendible de su parte», concluyó.
Volvió el «Congelados» a Gran Hermano
Volvió el «Congelados» a Gran Hermano, marcando uno de los momentos más emotivos de la noche. En este sentido, Rosina recibió la visita efímera de su madre, generando la emoción de todos. Por otro lado, la madre de la participante vino especialmente desde Uruguay para poder hacer esta visita tan especial. En línea con esto, expresó: «Soñaste con estar acá, te lo merecés, sos privilegiada por haber sido seleccionada».
Posteriormente, le tocó el turno a «Manzana», quien en su caso tuvo la visita de su pareja. En este aspecto, su pareja aprovechó para besar a Federico, mientras le pedía que no se mueva. Mientras tanto la joven le susurró: «Tranquilo, yo estoy bien. Te extraño todos los días. Estás más flaco. Te amo mucho y te mereces estar acá», aseguró emocionada.