La producción industrial de las pequeñas y medianas empresas (Pymes) en la Argentina cayó un 16,5% en enero y hoy utilizan un 45% de la capacidad instalada, a diferencia del mes anterior que era un 61,5%. El impacto de las políticas económicas implementadas por el nuevo gobierno se hace sentir, siendo uno de los factores clave la fuerte devaluación del peso argentino, que alcanzó un asombroso 118% desde que asumió Javier Milei.
Estos datos provienen de la Encuesta Radar Pyme realizada por la Asociación de Empresarios y Empresarias Nacionales para el Desarrollo Argentino (ENAC), que destaca una caída significativa desde el 61,5% registrado en diciembre del año anterior. La devaluación, liderada por el ministro de Economía Luis Caputo, se tradujo rápidamente en una inflación mayorista del 54%, afectando directamente los salarios y generando un marcado deterioro en el consumo.
Las cifras de ventas minoristas corroboran este escenario desafiante, registrando un desplome del 28,5% en enero. La ENAC informa que, de cada 100 industrias Pyme con trabajadores registrados, la actividad se contrajo abruptamente al 45%, evidenciando un panorama sombrío para el sector.
¿Qué dicen los empresarios ante tamaña caída de la producción y las ventas pymes?
El presidente de ENAC, Leo Bilanski, analiza este fenómeno como la combinación de varios problemas aún sin resolver. Entre ellos, destaca el cepo a las importaciones, la escasez de dólares, la persistente inflación del gobierno anterior, la brusca devaluación actual y la ausencia de un plan económico claro que permita proyectar el desarrollo de las empresas con presupuestos consistentes.
Este clima de incertidumbre en el rumbo económico del gobierno actual genera preocupación entre los empresarios industriales. Bilanski señala que, aunque existe la posibilidad de que la actividad industrial se estanque durante uno o dos trimestres hasta que se aclaren algunas variables económicas, es evidente que, una vez que la industria se recupere, habrá menos puestos de trabajo disponibles.
Las cifras actuales de capacidad industrial utilizada se asemejan a niveles similares a los del año 2020, cuando la economía global se vio afectada por los efectos del COVID-19, generando una contracción significativa en el comercio mundial. La incertidumbre en el panorama económico y la falta de claridad en el rumbo productivo del gobierno actual plantean desafíos considerables para las Pymes argentinas, que buscan adaptarse a un escenario adverso marcado por la inestabilidad económica y la pérdida de empleo.