Javier Milei, desde Israel, sigue muy de cerca lo ocurrido este martes en la Cámara de Diputados. El Presidente, pese a encontrarse fuera del país, se mostró plenamente involucrado en los sucesos que tuvieron lugar en el Congreso. En sus posteos en redes sociales, el mandatario quiso colocarse como ganador a pesar del revés recibido en el parlamento.
La política nacional nuevamente tuvo su protagonismo en la jornada del martes. Luego de cuatro días de sesión, más de 30 horas de debate y una aprobación en general de la Ley Ómnibus, se resolvió regresar a foja cero. La decisión, según informaron, provino directamente desde la oficina presidencial. En La Libertad Avanza aseguraron que Javier Milei dio la orden de retrotraer el tratamiento y devolverlo a comisión.
Después de que Oscar Zago, presidente del bloque oficialista, pidiera dar por concluida la sesión, comenzó la ¿banal? discusión de qué sector se quedó con el victoria. Con una mirada precipitada, la oposición quiso apoderarse de los laureles. Vítores, abrazos, cánticos en Unión por la Patria y la izquierda dejaban entrever que se habían salido con la suya.
En lo discursivo los bloques disidentes pretendieron, también, alzarse con la razón. «Es claramente una derrota parlamentaria y un fracaso legislativo por parte del espacio político de Milei«, afirmó Germán Martínez. El presidente de la bancada peronista intentó enrostrarle al oficialismo la postura que mantuvo UxP desde el inicio del debate: «Siempre supimos que esta ley no estaba para aprobarse«, señaló.
Por su parte, Myriam Bregman, referente del Frente de Izquierda, tampoco quiso quedar fuera del festín opositor. Con las conocidas diferencias con el peronismo/kirchnerismo, la líder socialista se sentó en la mesa de aquellos que se creían vencedores: «La enfrentamos adentro y afuera, consecuentemente. Gracias a cada uno, a cada uno de los que se movilizaron estos días, enfrentando la represión de Patricia Bullrich», escribió en redes.
A pesar del escalofrío que recorrió por las bancas de La Libertad Avanza y el PRO, no le permitieron a los «obstructores» subirse al podio sin antes presentar resistencia. El principal encargado de mostrar una alternativa a lo ocurrido en Diputados fue nada más ni nada menos que Javier Milei. El jefe de Estado, desde Medio Oriente, apadrinó a los legisladores desengañados por el desenlace de la ley.
Con su principal arma -las redes sociales- el Presidente utilizó una suerte de psicología inversa para dejar indemnes al Gobierno y su espacio político. Cuando todas las conclusiones daban al bloque oficialista como el gran perdedor, el libertario se interpuso entre los flashes y el kirchnerismo para autoproclamarse «ganador».
Un usuario de la plataforma «X» escribió: «Hoy Milei ganó otra batalla. Al igual que el día del debate con Massa. Hoy le demostró a todos los argentinos de bien, quienes son los corruptos que hacen que este país no pueda progresar. MÁS QUE NUNCA. VAMOS A CAMBIAR LA ARGENTINA PARA SIEMPRE. VLLC». Rápidamente, Javier Milei reposteó: «Aquí uno que la está viendo. Se llama PRINCIPIO DE REVELACIÓN«.
Desde la perspectiva oficialista el revés parlamentario se vio como un buen resultado. Vislumbraron una gran oportunidad para llevar a cabo aquello que alguna vez prometió Milei: el señalamiento. Pocos minutos después de levantarse la sesión, desde la oficina presidencial, sacaron un listado con aquellos «diputados traidores» -UCR, Coalición Cívica, Hacemos Coalición Federal- que votaron de forma negativa. El Presidente prometió y cumplió, pero ¿ganó?.
