María Eugenia Vidal explicó en qué situación se encuentra su posible llegada a la Anses. La exgobernadora de la provincia de Buenos Aires se expidió luego de que los rumores la colocaran frente a uno de los organismos más importantes que tiene el Estado. También, la diputada de Juntos por el Cambio se lamentó el regreso a comisión de la Ley Ómnibus.
En los últimos días se comenzó a colocar el nombre de María Eugenia Vidal al frente de la Administración Nacional de la Seguridad Social. Luego de que Javier Milei decidiera pedirle la renuncia a Osvaldo Giordano, la diputada nacional picó en punta para ocupar el cargo que se encuentra vacante. La salida del cordobés aconteció luego de que su mujer, Alejandra Torres, votara contra la Ley Ómnibus.
Después de días de que se barajara a la exgobernadora como la sucesora de Giordano, la protagonista rompió el silencio: «Fue una cosa de los medios que real porque no recibí ningún ofrecimiento ni del Gobierno ni hubo una discusión en el PRO sobre eso. No me desesperan los cargos. Es urgente que saquemos a la Argentina adelante. Podemos seguir conversando muchas cosas con el Gobierno», manifestó en LN+.
«Los cargos son el final de la discusión, no el principio. Hoy tenemos que acompañar. Hay que ponernos de acuerdo en el qué. El rumbo económico lo compartimos. Creo que falta discutir lo institucional, cómo van a funcionar los tres poderes», agregó la legisladora nacional de Juntos por el Cambio.
Otro de los temas que siguen en discusión es el rechazo de la Ley Ómnibus en la Cámara de Diputados. María Eugenia Vidal se lamentó de que no haya avanzado: «No hubo el consenso necesario. Pudimos acordar muchas modificaciones positivas. Incluimos la eliminación de jubilaciones de privilegios, la educación esencial para que los chicos tengan clase hasta los días de paro. Lamento que no se haya acompañado«, subrayó.
Al mismo tiempo, la antecesora de Axel Kicillof en la provincia de Buenos Aires expresó su concordancia con el Gobierno nacional en relación al rumbo económico: «Las medidas en la economía son difíciles y dolorosas, pero eran necesarias. La herencia fue tal como la anticipamos, una bomba, y es difícil desarmarla para que lastimen menos a los argentinos. Fueron cuatro años de decisiones que nos perjudicaron«, concluyó.
