Patricia Bullrich rompió el PRO y juntó a más de 200 dirigentes del partido que todavía preside para apoyar a Javier Milei y disputar el liderazgo de Mauricio Macri. La ministra de Seguridad sacó un comunicado para referirse al conflicto del gobierno con Chubut, la provincia que gobierna el PRO por medio de Ignacio Torres.
Bullrich, que encabeza las firmas del texto, acusó de «chantaje» al gobernador —en una de las versiones del comunicado que finalmente omitió esa palabra—, que amenazó con no entregar petróleo y gas si no le envían los fondos de coparticipación, informó La Política Online.
El comunicado incluso se permitió críticas al gobierno de Macri que integró la propia Patricia con el mismo cargo que tiene ahora. «Se avanzó demasiado lentamente y con exagerada prudencia, y eso se pagó con una crisis que impidió la continuidad del cambio. En caso de volver a ser gobierno, nos comprometimos durante la campaña a hacerlo con mayor coraje y decisión», dice el texto.
La funcionaria nacional quiere capitalizar el silencio de Macri por el conflicto de Chubut mientras el expresidente se exhibe dubitativo, ya que busca «preservar la identidad del PRO». Macri busca poner paños fríos en la pelea entre Torres y Milei, pero se encuentra en una situación muy incómoda y está preocupado por Jorge Macri, elegido como uno de los nuevos blancos del presidente.
Las firmas
«Se siguen sumando firmas», dice, amenazante, la línea final del documento, como una manera de demostrarle a Macri que podría quedar al frente de una cáscara vacía cuando asuma en el partido. Si bien firmaron en mayoría dirigentes de tercera y cuarta línea del partido, lleva acompañamientos interesantes.
Además de exhibir un sub-bloque de diputados como Fernando Iglesias, Laura Rodríguez Machado, Damián Arabia, Gerardo Milman, Silvana Giudici y Patricia Vázquez, la ministra mostró que tiene el apoyo del intendente de Tres de Febrero, Diego Valenzuela, que estuvo reunido en Olivos durante horas con Milei, su amigo.
También figura el otrora ultramacrista Federico Angelini, que es funcionario del ministerio de Seguridad y acaso se exponía a un desplazamiento si no firmaba la carta. Además, hay larretistas de paladar negro como Eduardo Macchiavelli. Larreta había dejado trascender que no se opondría a la llegada de Macri a la presidencia del PRO, pero tampoco integraría el partido.
También hay funcionarios que la propia Patricia metió en el gabinete de Milei, como Carlos Pirovano, recientemente designado al frente del Incaa para destrozarlo. Casos como ese reflejan la impotencia de Macri, que a la espera del takeover del gobierno de Milei, pierde terreno en manos de Bullrich. Peleado con Nicolás Posse, Macri intenta disimular el desprecio mutuo que se tienen con Karina Milei y ahora empezó a filtrar que chatea con Santiago Caputo, pese a que solo tres semanas atrás empujó su desplazamiento y ventiló que hacía negocios de manera «ligera».