Un momento muy fuerte se vivió en LAM, el programa que lleva adelante Ángel de Brito a través de la pantalla de América TV. Allí, entrevistaron nada más y nada menos que a Beatriz Olave, la madre de Rodrigo Bueno, quien en un móvil que compartió con Marixa Balli contó que tras la muerte del cantante se aferró a un pequeño quien hoy en día es como su hijo.
«Yo tengo una coraza muy grande que son Dios y la Virgen que me acompañan», comenzó diciendo, y luego hizo entrar en plano a un joven que hoy en día tiene 23 años. «Este chico se llama Rodrigo. Nació el 28 de mayo del 2000. Mi hijo estaba en Buenos Aires. El 24 de junio mi hijo se fue de este mundo», dijo.
«Yo andaba con la banda y el padre de él siempre acompañándome. Lo llevó a un ensayo… este pibe es mi nieto del corazón porque yo agarré y en la desesperación de la vida, del dolor, volvió a ver a mi hijo, volví a ver a mi bebé porque era blanco, tenía ojos celestes… Me lo agarré para mí, paseaba con la cuna por todos lados y se quedó a vivir en mi casa», señaló Beatriz Olave.
«Qué fuerte Beatriz lo que contás, eh», lanzó Ángel de Brito sin poder creer lo que estaba escuchando. «Él dormía arriba de los afiches de Rodrigo, me ayudó a pasar la Navidad. Descalza, comiendo unos fideos con su mamá , con su papá… y a los dos años tocaba la batería», manifestó.
«Cuando tuvo cuatro años me prometió que cuando él creciera se iba a ir a vivir conmigo. Hoy tiene 23 años y canta muy pero muy bien. Es corista de Ulises, toca todos los instrumentos. Desde los dos años que toca, todos los que iban a mi casa le sacaban fotos… este chiquito me ama sin que nadie la haya dicho nada y yo lo amo a él con toda mi alma», sostuvo.
«No lo cambio con nada. Lo amo y lo voy a amar toda la vida, porque nunca nadie me dio el cariño que me dio él en la soledad de mi alma cuando había perdido a mi hijo. Era como que Dios me había devuelto a mi bebé. Me la creí a esa para poder seguir adelante. Así que llegó a mi casa, llegó con nosotros, trabaja con Ulises, canta muy bien…», finalizó Beatriz.
