La tensión se apoderó de la reunión del Consejo del Salario, donde referentes empresariales y sindicales no lograron llegar a un acuerdo para definir el aumento del salario mínimo, actualmente establecido en 156.000 pesos. La CGT solicitó un incremento del 85%, llevando la propuesta a $288,600, sin embargo, las cámaras empresariales no aceptaron, dejando el panorama salarial en un limbo y dándole espacio al Gobierno nacional para que cierre el número final por decreto.
El encuentro, el primero bajo la gestión del presidente Javier Milei, se caracterizó por la falta de consenso. De acuerdo a datos de la agencia NA, la modalidad de la conversación sorprendió a muchos, ya que la Secretaría de Trabajo, a cargo de Omar Yasín, habilitó dos salas de Zoom separadas, una para dialogar con los empresarios y otra con los sindicalistas. Esto resultó en una negociación fragmentada, con cada parte expresando sus opiniones por separado antes de la reunión plenaria definitiva para fijar el incremento.
La propuesta de la CGT, a pesar de ser esperada, fue rápidamente descartada. La Unión Industrial Argentina (UIA) rechazó el pedido, y las cámaras empresariales no presentaron ninguna contrapropuesta, mostrando la firmeza del sector patronal en las negociaciones.
Ante la falta de acuerdo, el Gobierno intentó apelar a la figura del laudo para fijar el nuevo salario mínimo, pero el encuentro concluyó sin una decisión, quedando en manos de Omar Yasín tomar la determinación final. Se especulaba con un aumento del 17%, lejos de las expectativas sindicales y de la mayoría de los trabajadores.
El estancamiento afecta no solo el salario mínimo, sino también la definición del nuevo piso para el Impuesto a las Ganancias, así como el valor del Potenciar Trabajo, principal plan estatal que representa la mitad del piso salarial. La CGT emitió un comunicado acusando al Gobierno de boicotear la reunión y de evitar el diálogo social.
El Gobierno nacional tiene la palabra final: ¿qué pasará con el salario mínimo?
La central obrera expresó la importancia de establecer un nuevo valor del Salario Mínimo Vital y Móvil, considerando el impacto de la inflación en la pérdida salarial. La falta de acuerdo resuena en medio de un contexto inflacionario y subraya la necesidad urgente de establecer un piso social justo. El Gobierno ahora podría fijar el nuevo salario mínimo por decreto.