Ha sabido consolidarse, sin lugar a dudas, como una de las conductoras más reconocidas y queridas de la pantalla chica. Y es que Lizy Tagliani conquista a todos con su humor y su forma de ser, pero esta vez, dio que hablar por algo completamente diferente. Esto tiene que ver con lo que publicó en su cuenta de Instagram.
Allí, subió una foto de su infancia y recordó a parte de su familia. «Mi tía norma sus amigos y yo. La camisa me la hizo mi tía lila el corte en la peluquería de don José… no recuerdo mucho ese día, pero sé que salir con mi tía era reír sin parar, ella y sus amigos eran muy divertidos muchas veces terminaba ahogada entre el humo del cigarrillo de los que fumaban, pero siempre feliz», comentó.
«Si mal no recuerdo, esa era una esquina donde vivió mi abuela, la esquina de la casilla celeste. Tengo varios recuerdos lindos y no tan lindos de allí. Me gustaba estar con grandes quizá porque no les interesaba qué hacía yo, porque sus charlas los hacía olvidarse de mí. En cambio con niños siempre estaban mirando mis actitudes femeninas y la mayoría de las veces les provocaba risa», dijo.
Sin rodeos, Lizy Tagliani fue por más. «Cuando ellos viajaban a ese mundo de charlas de adultos, yo aprovechaba y me pintaba con el labial de mi abuela, me ponía una toalla alargando mi cabello, me subía a algún par de suecos de alguna tía, eran de madera pesadas, pero más me pesaban esos horribles mocasines de hombre jajajaja. Y jugaba a ser muchas mujeres, la mayoría de las veces quería ser la hija de don Romero, eran cuatro pero había una a la que yo veía y me imaginaba así», comentó.
«Pasaba horas siendo Silvia ahí apareció el nombre jajaja creo… hasta que el sonido del ladrido de los perros mezclado con el… ‘poné la pava’ de mi abuela y mi tía llenando la pava de la bomba hacía que supiera que lo mejor de mi vida había vuelto por mí… mi mamá había llegado de trabajar o de alguna salida con algún sr o de hacer compras o de donde sea, yo sabía que ella siempre volvería por mi. Se sentaban un rato a tomar mates y yo entre sus piernas esperando a que nos vayamos a casa», aclaró la artista.
«Yo también tenía quienes esperaban por mí, el Terry, la Periquita, el Yogui y la piba… ah y un cajón de manzana donde los ponía a todos y los arrastraba llevándolos a pasear en mi Renault 4, eso imaginaba yo jajajaja. Los paseaba por el jardín que ellos habían recorrido miles de veces solos seguramente. Pero yo llegaba y los paseaba. Mi casa era mi mundo mis tías mi barrio el aire con olor a pobre, ese olor aun vive en mí y hoy todavía los siento muchas veces en personas que lo tienen todo. Ojo, no es lo mismo el olor de ser pobre que el de un pobre ser», finalizó Lizy Tagliani.