La ciudad de Rosario se encuentra sumida en una profunda crisis de seguridad por las mafias del narcotráfico que ha generado un marcado descenso en la afluencia de consumidores a los locales gastronómicos. El fin de semana pasado, a pesar de ser el inicio del mes, se registró una caída significativa del 50% en comparación con la semana anterior. El gobernador de Santa Fe, Maximiliano Pullaro, pidió refuerzos policiales al Estado nacional.
De acuerdo a datos de la agencia NA, la crisis económica que ya afecta a la región ha pasado a un segundo plano, ya que el miedo y la incertidumbre predominan entre los habitantes de Rosario. La ola de violencia desencadenada por ataques narcos, incluyendo el asesinato de dos taxistas, un colectivero y un playero de estación de servicio en días recientes, ha sumido a la población en un estado de angustia constante.
Los referentes del sector gastronómico destacan que, en esta ocasión, el factor determinante para la disminución del consumo en los establecimientos fue el miedo, que superó incluso a las preocupaciones económicas. La incertidumbre sobre cuándo y dónde ocurrirá el próximo ataque narco ha paralizado a la comunidad, afectando directamente el movimiento en los centros comerciales y gastronómicos.
El miedo en Rosario también es para los comerciantes
Un dueño de restaurante compartió su inquietud ante la situación, afirmando: «Está complicada la economía, y la paranoia es real. Estamos todos muy preocupados. Es grave la situación, pero peor es la incertidumbre. Nadie sabe dónde puede ocurrir el próximo ataque». La inseguridad se ha convertido en un obstáculo insuperable para muchos consumidores, que optan por quedarse en casa en lugar de arriesgarse a salir.
La preocupación de la población se ha expresado en las redes sociales, donde los ciudadanos manifestaron su temor y desconfianza frente a la situación actual de la ciudad. «Es el miedo real, concreto, bien palpable, y una economía que se reduce día a día. Me quedo en casa», señaló un rosarino en Twitter reflejando el sentir generalizado. Otra usuaria compartió su reticencia a comer en exteriores durante estos días, evidenciando el impacto directo en la rutina diaria y en la economía local.
Las autoridades también indicaron que la falta de transporte público debido a un paro contribuyó a este triste escenario. Con pocas opciones de movilidad, los ciudadanos enfrentaron mayores dificultades para acceder a los servicios de taxi, afectando aún más la dinámica del consumo en locales gastronómicos. La situación en Rosario sigue siendo delicada, y la combinación de factores ha creado un ambiente tenso que afecta no solo la vida cotidiana de los ciudadanos, sino también la vitalidad económica de la región.