El Gobierno nacional designó a Geraldine Calvella, una joven militante libertaria sin experiencia en el ámbito público, al frente de la Dirección de Fiscalización de Centros de Documentación del Registro Nacional de las Personas (RENAPER), y provocó una ola de críticas en las redes sociales. A pesar de que Javier Milei machaca con la idea de la meritocracia como símbolo del éxito, en algunos casos, parece que el acomodo es más fuerte.
De acuerdo a datos de la agencia NA, Calvella, oriunda del partido bonaerense de Saladillo, posee como única experiencia laboral haber sido asesora política en la Cámara de Diputados, según su perfil en LinkedIn. Además, cursó dos años de Medicina en la Universidad Maimónides y actualmente estudia Derecho en la Universidad Siglo 21.
Lo que ha desatado la furia de los usuarios en las redes sociales es el millonario sueldo que percibe la joven funcionaria: 2.732.002,60 pesos brutos, según se desprende de una imagen de su recibo de sueldo que se viralizó. Las críticas apuntan principalmente al presidente Javier Milei, quien en reiteradas ocasiones ha criticado el uso del Estado como «búnker» de militantes. Los usuarios consideran que este nombramiento es una clara contradicción con el discurso del mandatario.
Calvella, ante la avalancha de críticas, ha optado por poner en modo privado sus redes sociales. Este escándalo pone en tela de juicio la coherencia del gobierno libertario y su compromiso con la transparencia y la eficiencia en la gestión pública. La falta de experiencia de la funcionaria designada y su elevado salario generan dudas sobre la idoneidad del nombramiento y la existencia de posibles favoritismos políticos.
El Gobierno nacional no da respuestas ante el escándalo
El caso ha abierto un debate sobre la necesidad de establecer criterios claros y transparentes para la selección de funcionarios públicos, priorizando la experiencia y la capacidad por sobre la militancia política. Se espera que el gobierno brinde explicaciones públicas sobre este controvertido nombramiento.
El escándalo del RENAPER ha puesto en jaque la imagen del gobierno libertario, que se jactaba de ser diferente a la casta política tradicional. La falta de transparencia en la designación de funcionarios y el manejo discrecional de los recursos públicos son dos aspectos que están empezando a preocupar a la sociedad.