El presidente de Ecuador, Daniel Noboa, extendió el estado de excepción vigente desde enero por 30 días adicionales, mientras que lidia con la creciente violencia atribuida a bandas de narcotraficantes. Noboa justificó la medida argumentando que era necesario seguir con las patrullas militares en las cárceles y zonas violentas del país para mantener el orden y reducir los homicidios.
Originalmente, se declaró la medida a principios de enero en medio de un aumento de la violencia que provocó la toma de guardias penitenciarios como rehenes y la invasión de una estación de televisión por parte de hombres armados durante una transmisión en vivo.
Un día después, Noboa, en el cargo desde noviembre, calificó a 22 bandas criminales como organizaciones terroristas. La medida restringe derechos como la libre movilidad, con un toque de queda zonificado que va desde la medianoche hasta las 05:00 horas en las zonas de mayor peligrosidad, y se va reduciendo en otras.
Durante el estado de emergencia, los homicidios intencionales se han reducido a la mitad, pasando de una media de 24 por día a 12 por día, según el decreto. La oficina de prensa del mandatario explicó que desde enero hasta el lunes las fuerzas de seguridad llevaron a cabo cerca de 150.000 operativos y ha detenido más de 11.700 personas, incluidas 280 por cargos de terrorismo, informaron Reuters.
Catorce presuntos delincuentes murieron durante las operaciones y se incautaron unas 3.300 armas y 64,3 toneladas de drogas. Guillermo Lasso, el expresidente ecuatoriano, utilizó con frecuencia los estados de emergencia para tratar de abordar la creciente violencia en las calles y en las prisiones, con poco efecto.