El ingreso medio de los empleados formales en la Argentina ya no alcanza para cubrir las necesidades básicas de una familia, debido a una inflación que ha cobrado gran velocidad en los últimos meses, a pesar de haber mostrado cierta mejoría en febrero. Si se consideran los salarios netos, descontando los aportes patronales y las cargas sociales, deja a las familias aún más sumidas en la pobreza.
De acuerdo al INDEC, el valor de la Canasta Básica Total (CBT), que representa el total de gastos para una familia de cuatro personas en un mes, llegó en enero a los $596.823. En contraste, la Remuneración Imponible Promedio de los Trabajadores Estables (Ripte), informada por la Secretaría de Trabajo, Empleo y Seguridad Social, alcanzó los $555.269 en el mismo período.
Esto indica que los empleados formales ya perciben ingresos inferiores al costo de la CBT y, por ende, están por debajo de la línea de pobreza, siempre y cuando sea el único ingreso del hogar familiar de 4 personas compuesto por el padre, la madre y dos hijos menores.
La situación económica en la Argentina toma un giro preocupante mientras el salario promedio de los trabajadores en blanco cae por debajo de la línea de pobreza, de acuerdo a datos revelados por el Ministerio de Trabajo y el INDEC. Por ejemplo, el panorama es más desoladora cuando se analiza el salario neto promedio en enero que se situó en $460.873, por debajo incluso del costo de una CBT para una familia de tres personas, fijado en $475.140.
El escenario económico se agrava con cerca de 3 millones de personas en la Argentina buscando activamente otro empleo para complementar sus ingresos. Expertos económicos como Camilo Tiscornia, director de C&T Asesores Económicos, señalan que este panorama deprecia el consumo y agrava la recesión, poniendo presión sobre el tiempo social y político del Gobierno para tomar medidas.
La mirada de los economistas con respecto a la inflación
Tiscornia enfatizó la importancia de mantener la disciplina fiscal para reducir las tasas de interés y contener la inflación, lo que eventualmente conduciría a la recuperación económica y al aumento de los ingresos. Por otro lado, el economista José Vargas, director de la consultora Evaluecon, destacó que, a pesar de la desaceleración de la inflación, el salario real sigue perdiendo terreno, lo que podría llevar a un significativo aumento en los niveles de pobreza.
Los análisis muestran una divergencia creciente entre el poder adquisitivo del salario promedio y el costo ascendente de la Canasta Básica Total, evidenciando una situación anormal donde los salarios están por debajo de la línea de pobreza por primera vez desde que se retomaron las mediciones en 2016.