Cada vez que suena el Teléfono Rojo, se encienden todas las alarmas en los participantes de Gran Hermano. Puesto que, el aparato sonó nuevamente y ninguno se aventuró a atenderlo sin medir antes las consecuencias. Incluso, «Furia» se abstuvo de levantar el tubo y Martín obtuvo un beneficio. Puntualmente, «El Chino» pudo elegir qué compañero podía ir al final de la fila en el sorteo por la moto.
Posteriormente, Martín eligió a Catalina para ir de última en la fila por la motocicleta que sorteaba Gran Hermano. En este aspecto, «El Chino» expresó: «Estuvo todo el día diciendo que tenía ganas». Rápidamente, Cata respondió: «Estoy super feliz, en esta segunda edición que entré pude conocer mucho más a los hijos, nos llevamos super bien», aseguró.
Virginia contó en gran hermano detalles sobre su juventud
Poco a poco, Virginia se convirtió en una de las jugadoras más populares en Gran Hermano. En este sentido, las lágrimas de Mauro fueron el detonante para que la rubia opinara sobre los prejuicios dentro de la sociedad. Puesto que, el ex-rugbier aseguró que en muchos momentos de su vida se sintió cosificado y la rubia lo respaldó.
En este aspecto, Virginia contó sin filtro los días de su juventud para sus compañeros de Gran Hermano: «Cuando él habló algunas cosas, yo me sentí muy identificada. Llora porque quiere que lo quieran. Y vuelvo a decirte. El pibe es un estereotipo social que ya, de por sí, entra a donde entra, ya entra menos 10. Tener músculos, fijarte en tu cuerpo, cuidarlo, que sé yo. Es sinónimo de pelotudo para esta sociedad», comenzó.
Posteriormente, Virginia confesó que en sus días de joven, tuvo momentos de gran libertad sexual. Además, manifestó: «Yo, cuando tenía 20 años, estaba buenísima, era rubia, tetona, extrovertida, era pu… Por eso nunca lloré. Porque me recontra chupó un huevo. Me gar… todo lo que me tenía que gar…», aseguró. Por supuesto, esto se convirtió en una de las tendencias de Gran Hermano.