El expresidente Alberto Fernández volvió a arremeter contra Javier Milei, luego de haberlo criticado por su inclinación amistosa hacia Estados Unidos. En esta oportunidad, lo acusó de iniciar «una campaña de estigmatización y persecución contra medios y periodistas en nuestro país». El actual jefe de Estado cuestionó al periodismo por «jugar para destruir» después de que el diputado Alberto Benegas Lynch hablara a favor del trabajo infantil durante una entrevista radial.
«Sus descalificaciones ponen en riesgo a las personas a las que alude porque indefectiblemente conllevan odio y violencia en una sociedad cuyos ánimos el mismo presidente se ha encargado de crispar», apuntó Fernández en sus redes sociales. A su vez, indicó que los dichos de Javier Milei recuerdan «las épocas más oscuras del autoritarismo».
La autocomparación de Alberto Fernández
Por otra parte, Alberto Fernández se autocomparó con el mandatario nacional al exponer cómo administró las múltiples críticas periodísticas durante su Gobierno. «A lo largo de los años, he sido objeto de críticas. También he debido soportar (y soporto) mentiras y difamaciones. A pesar de saber lo injusto de esas prácticas, nunca demandé a ningún periodista, no discriminé medios y mucho menos busqué condicionarlos para llevarlos a la quiebra», aseveró.
«Creo fervientemente en la libertad de expresión y en la obligación de respetarla y hacerla respetar. Con el maltrato del adversario o del crítico empieza el autoritarismo y el autoritarismo no llega como un cataclismo, sino que se instaura gradualmente con la violencia verbal que día a día se instala», profundizó el expresidente. Por último, lanzó una advertencia para la sociedad: «Antes de que sea tarde debemos decir basta».
El repudio de FOPEA
El día miércoles, el Foro de Periodismo Argentino (FOPEA) repudió las descalificaciones del presidente contra el periodismo. En el extenso comunicado, destacaron que «la descripción del comportamiento que hace el Presidente es un agravio gratuito e injustificado hacia una mayoría de periodistas que ejerce su trabajo con apego al rigor y la ética profesional».
“Que un jefe de Estado agravie a periodistas y celebre la eventual pérdida de fuentes de trabajo resulta doblemente grave por la evidente asimetría de poder y por la falta de empatía y compromiso con el pueblo de la Nación al que representa en su carácter de mandatario. El respeto a las normas que rigen su conducta y función debe ser siempre prioritario», expresó FOPEA.
