Fernando Sabag Montiel, imputado por querer asesinar a Cristina Kirchner, señaló a la expresidenta de la Nación como responsable de la inutilización de su celular secuestrado como evidencia. Sabag Montiel acusó a la jueza María Eugenia Capuchetti y también a Cristina de participar en la supuesta maniobra para destruir su teléfono con el objetivo de implicar a dirigentes políticos de la oposición que no tenían nada que ver.
«Se inventó que el Poder Judicial estaba persiguiendo al kirchnerismo y por esa razón querían apresar o mandarla a matar a Cristina. Esa fue una de las grandes mentiras que cree la gente», declaró el imputado, refiriéndose a las teorías conspirativas difundidas por los medios afines al kirchnerismo. Las declaraciones fueron citadas por la agencia NA.
Según las declaraciones del detenido, este presunto acuerdo entre Kirchner y Capuchetti tenía como objetivo generar especulaciones sobre la intervención de terceros en el intento de asesinato, desviando así la atención de la investigación. Sabag Montiel afirmó que el teléfono pasó por varias manos antes de ser formateado y perder toda la información relevante que contenía.
«Cristina Kirchner le pagó a la jueza María Eugenia Capuchetti para romper mi celular», explicó el imputado por el intento de magnicidio. Mientras se espera tomar declaración indagatoria a tres policías por su posible implicación en la manipulación y destrucción del teléfono celular.
El testimonio del acusado, que se dio en el marco de una causa paralela que investiga la destrucción del celular, arroja luz sobre una trama compleja de intrigas políticas y manipulación de pruebas que amenaza con socavar la confianza en el sistema judicial argentino. Con acusaciones que alcanzan a fiscales, jueces y hasta medios de comunicación, Sabag Montiel apunta a desentrañar una red de complicidades que, según él, buscaba criminalizarlo injustamente y encubrir la verdad detrás del atentado.
Sabag Montiel y el celular de la discordia
Según el testimonio de Sabag en su declaración del lunes, adquirió el celular de una persona de nacionalidad venezolana a través de una transacción en línea, en la que intercambió otro teléfono y una suma de dinero. El dispositivo en cuestión era un Samsung A50.
Aunque afirmó que no había instalado ninguna aplicación que pudiera restablecer la configuración del teléfono, admitió que al encenderlo, después de mostrar la marca, aparecía una pantalla con letras rojas que indicaban «CMD WARNING». Para continuar, debía presionar el botón de encendido, y el teléfono luego funcionaba correctamente, llevándolo al menú principal. Según su relato, esta peculiaridad en el inicio del teléfono estaba presente desde el momento de la compra, instruido así por la persona que se lo vendió.
«En la PSA, 24 días después lo rompieron. Para esa fecha estaba roto, le sacaron toda la información y crearon un teléfono mellizo. Tuvieron 24 días para analizarlo y después lo destruyeron. Capuchetti tuvo 24 días para descubrir qué tenía el teléfono, y como descubrió que no tenía nada para involucrar a Revolución Federal, por esto estos tres jueces descubrieron que yo no tenía vínculo y al romper el teléfono generan la duda de tener un vínculo. Lo mismo con Gerardo Milman, que lo involucran gratuitamente», aseguró el imputado.