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ESPECTÁCULO

«Me dio pena»: angustia en el espectáculo por lo que se conoció sobre la salud de Soledad Silveyra

La farándula está en shock.

Entrevista a la actriz Soledad Silveyra

Las complicaciones de salud de Soledad Silveyra comenzaron hace algunas semanas, cuando debieron suspenderse las funciones de La fuerza del cariño, la obra que protagonizaba junto a Osvaldo Laport. Si bien la cancelación se dio debido al accidente que sufrió la actriz, en el que se luxó la pierna, en los últimos días debió someterse a otra operación.

Tras salir de la internación, Soledad Silveyra acudió a sus redes sociales para llevar tranquilidad a sus seguidores. A través de su cuenta de Instagram, la actriz comunicó: «No se asusten, estoy bien?. Muy agradecida con todo el personal del Sanatorio Otamendi y con la Dra Echeverria por el cuidado y respeto. Ya en casa descansando, los quiero».

Luego de compartir un video en el que se la ve agradecer a los médicos que la operaron, Soledad Silveyra habló con Teleshow Infobae para dar más detalles sobre su internación. «Me tenían que sacar un quistecito pero estoy perfecta. La verdad estoy perfecta, ahora me voy a Italia. Estoy bien, estoy muy bien. Me dio pena lo del teatro pero bueno, qué se le va a hacer», contó la actriz.

Soledad Silveyra se confesó con Mirtha Legrand

Invitada a la mesa de Mirtha Legrand, Soledad Silveyra contó detalles de su relación con José Luis Vázquez, a quien conoció en Buzios, Brasil. “Conocí un hombre encantador que vive en Brasil pero es argentino. Vive en Buzios. Estaba ahí y me habían recomendado dos amigos, y me mandan tipo encomienda. Ellos saben que yo pierdo todo, que soy un desastre, dejo todo en cualquier lado, pierdo carteras, pierdo todo. Y me encomiendan… ‘si les pasa algo, estén atentos, llaman a tres o cuatro contactos’», contó la artista.

«Uno de esos contactos me llama al día siguiente y me invita a almorzar. Fui a almorzar, y no había hombre que me gustara, entonces yo estaba filmando la bahía y me dicen ‘Solita’, entonces me doy vuelta y digo ‘ah…, mirá vos’. Y empezamos a conversar y durante ocho días hablamos no sé… diez horas por día. Nos pasamos conversando. Me decía ‘venite a la posada’ y yo ‘no, no’. Estaba peor que una chica de 15 años, nerviosa… Bueno, el último día entré a la posada…”, agregó entre risas.