La Policía Federal Argentina (PFA) detuvo el sábado a un joven de 23 años que amenazó de muerte al presidente Javier Milei a través de la línea 911. Lograron concretar la captura después de varias semanas de investigación. La misma arrojó que se trataba de un hombre que había llamado desde un domicilio ubicado en la localidad de José Mármol, partido bonaerense de Almirante Brown.
En este sentido, el Ministerio de Seguridad de la Nación informó que el llamado del joven lo hizo de forma anónima hacia la Central de Atención Telefónica de Emergencias 911 (CATE) de La Plata. “Muerte a Milei”, fue la frase intimidante que utilizó el 2 de marzo pasado en esa comunicación para luego cortar de manera instantánea, sin darle lugar al operador a contestar.
Cómo dieron con el joven que amenazó a Milei
La División Delitos Constitucionales de la Dirección Seguridad de Estado llevó a cabo un serie de pericias y tareas para descubrir la identidad y localización del joven. El ahora detenido tenía antecedentes de este tipo. Es que el 10 y 13 de marzo también había realizado llamados amenazantes al 911. De esa forma, determinaron que era de José Marmol.
Las pruebas recogidas se presentaron ante el Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional Nº 2 de Lomas de Zamora, dirigido por el Dr. Luis Antonio Armella; y la Secretaría Nº 5, a cargo del Dr. Callizo, ordenó un allanamiento en la vivienda de José Mármol. El mismo lo encabezó el Cuerpo Policía Montada de la PFA. Consecuente, al joven lo detuvieron y le secuestraron tres teléfonos celulares.
En marzo ya hubo otra detención por el mismo motivo
A inicios de marzo último, la PFA ya había arrestado a un sospechoso -un hombre de 28 años- de planificar un atentado contra la integridad física de Milei con un disparo en la cabeza. La investigación comenzó después de que un hombre presentara una denuncia. Este individuo había tenido una discusión política en Instagram con el acusado. Durante la pelea, el acusado amenazó con matar al denunciante y al Presidente, mencionando que les dispararía en la cabeza.
En ese entonces, los agentes federales llevaron a cabo varias tareas de campo para establecer la identidad y el paradero del hombre que vivía en el barrio porteño de Chacarita. Al examinar sus redes sociales, se encontró que mantenía una fuerte afinidad ideológica con la propaganda política de la ex Unión Soviética y tenía conexiones comunistas que podrían llevar a cabo acciones que afecten el orden público.