Este viernes, se realizará un nuevo paro en todas las dependencias de la administración pública nacional, en medio la ola de despidos. El secretario general de ATE Capital, Daniel Catalano, explicó que la medida tiene como objetivo «abrir alguna mesa de negociación» con el Gobierno de Javier Milei, lograr la reincorporación de los trabajadores desvinculados esta última semana.
Hasta ahora son 15.000 las cesantías en el Estado nacional, y la cuenta podría ampliarse en las próximas semanas y meses. «Mañana va a ser una jornada fuerte, una jornada dinámica, con mucha participación y esperemos que nuestra intervención mañana abra alguna mesa de negociación para tratar de que los compañeros vuelvan a trabajar», sostuvo Catalano, según replicó NA.
No obstante, el dirigente sindical admitió que «con el paro de este viernes no se va a resolver la recuperación de los despedidos» sino que esa situación «va a llevar tiempo», por lo que la idea es «planificar las tareas hacia adelante» en distintos planos.
Uno de esos planos, señaló, tiene que ver con la presentación de «una denuncia penal por el uso de armas de fuego por parte de la Policía Federal, la Gendarmería y la Prefectura» dentro los organismos públicos el miércoles pasado, cuando esas fuerzas federales resistieron un ingreso masivo de trabajadores a las oficinas públicas.
«Hoy estamos atravesando un momento de máxima tensión», alertó el líder de ATE, que advirtió que es «desolador» el panorama para los miles que perdieron el trabajo en el sector público. «Si vos te echan del sector público, pero sabés que entras al sector privado, decís, bueno, listo, mañana entro a laburar en una fábrica, en una industria, lo que fuera. Acá no hay trabajo para nadie», agregó.
«Entonces, el despido hoy es una condena social, es una condena política, es una condena económica que te saca de eje y que te roba cualquier perspectiva de esperanza», reflexionó. En tanto, Catalano criticó duramente el «relato fantástico» que a su entender instaló el Gobierno y sectores del establishment de que «el Estado no sirve para nada» y que «los empleados públicos son todos ñoquis» que generan únicamente gasto.