Los ciudadanos de Turquía le dieron la espalda el domingo al presidente Recep Tayyip Erdogan y a su partido y le dieron el mayor golpe electoral en una elección nacional que reafirmó a la oposición como fuerza política y reforzó al alcalde de Estambul, Ekrem Imamoglu, como principal rival del mandatario.
Con la mayoría de los votos escrutados, Imamoglu aventajaba en 10 puntos en la carrera por la alcaldía de Estambul, la mayor ciudad de Turquía, mientras que su Partido Republicano del Pueblo (CHP) conservaba Ankara y ganaba otras 15 alcaldías en ciudades de todo el país.
Fue la peor derrota de Erdogan y su Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP) en sus más de dos décadas en el poder, y podría suponer un cambio en el dividido panorama político del país. El presidente lo calificó de «punto de inflexión» en un discurso pronunciado después de la medianoche.
Según los analistas, el AKP y Erdogan obtuvieron peores resultados de lo que pronosticaban las encuestas debido a la creciente inflación, el descontento de los votantes islamistas y, en Estambul, el atractivo de Imamoglu más allá de la base laica del CHP. «Esta noche, 16 millones de ciudadanos de Estambul han enviado un mensaje tanto a nuestros rivales como al presidente», dijo el exempresario, que ahora se le considera un posible aspirante a la presidencia, replicó Reuters.
Dirigiéndose a una multitud congregada en la sede del AKP en Ankara, la capital, Erdogan manifestó que su alianza había «perdido altura» en todo el país y que tomará medidas para responder al mensaje de los votantes. «Si hemos cometido un error, lo arreglaremos» en los próximos años, dijo. «Si nos falta algo, lo completaremos», agregó.