Después de dos meses paralizadas por un conflicto gremial, a primera hora del martes se reanudaron las exportaciones en el puerto Coronel, ubicado en la región de BioBio, en Chile. Esto trae alivio a los productores de frutas del Alto Valle, que preveían pérdidas millonarias por la mercadería que había quedado varada en esta terminal, a través de la cual realizan sus operaciones de ventas al exterior.
Unos 110 contenedores (90 de peras y manzanas y 20 de mosto de uva), que tenían destino a Perú, Costa Rica y Estados Unidos, quedaron bloqueados dentro del puerto chileno. El conflicto involucró a tres sindicatos de trabajadores portuarios y a la empresa Puerto Coronel, en la que intermedió Juan Carlos Muñoz, ministro de Transportes y Telecomunicaciones de Chile.
El titular de la Cámara Argentina de Fruticultores Integrados (CAFI), Nicolás Sánchez, indicó que «la fruta ya está perdida, no podemos esperar que se pueda cargar a Estados Unidos» y planteó que «se perdió el programa acordado con los importadores, su ventana de venta en esos destinos, y la fruta a esta altura ya no va a estar en condiciones para poder ser comercializada», según replicó La Política Online.
«Lo que ahora se necesita saber, es quien se va a hacer responsable de todos estos costos en los que incurrieron las empresas para llegar con los contenedores al puerto», indicó. Fuentes de la delegación presidencial de la Región de BioBio consultadas señalaron que, a pesar de la finalización de la medida de fuerza, el puerto tardará varios días en normalizar su actividad.
Hace dos semanas la CAFI señaló que si la situación continuaba representaría pérdidas para los productores por unos 3 millones dólares y ante esto habían solicitado la intervención de la Cancillería argentina para que se concretaran los embarques o al menos se permitiera el traslado de los contenedores a otras estaciones portuarias cercanas.
La labor de la Embajada en Chile
La Cancillería y la Embajada Argentina en Chile, que está a cargo de Jorge Faurie, realizaron intensas gestiones que incluyeron negociaciones con dirigentes sindicales para que permitieran el traslado de los contenedores. Aunque el gobierno de Gabriel Boric fue reacio a involucrarse en el conflicto al inicio, luego debió tomar participación como mediador.
Este le permitió resolver la confrontación entre la empresa administradora de la terminal portuaria y los trabajadores, cuyo diálogo estaba totalmente interrumpido hasta hace unos días. La empresa, por un lado, había privilegiado casi exclusivamente el reclamo de la intervención de la fuerza pública para romper el bloqueo, los sindicatos, por otra parte, se negaban a levantar la medida sin que se reconsideraran las reducciones horarias.