La salida de Nicolás Posse derivó en la renuncia de Mauricio González Botto, quien estaba a cargo de la secretaría de Empresas y Sociedades del Estado y respondía directamente al exjefe de Gabinete. El manejo de las empresas públicas fue uno de los principales motivos de la pelea de Posse con Karina Milei y Santiago Posse, que se querían quedar con esas cajas.
Pero Posse y Botto le pusieron una barrera en las empresas y coparon los directorios con funcionarios afines. La renuncia de Botto de la Secretaría era descontada en el gobierno y el martes fue confirmada a La Política Online por fuentes oficiales.
Ahora la duda es si Botto también dejará los lugares que ocupa en directorios como representante del Estado. González Botto llegó a la gestión libertaria a pedido de Posse y gestionaba, ad honorem, las situaciones de esas compañías. Se estima que un número importante de empresas al área del asesor ultraliberal, pero que otras específicas continuarán en las áreas en las que están.
Entre las empresas que González Botto tenía a cargo figuraban desde AYSA, Aerolíneas Argentinas, Casa de la Moneda, Fabricaciones Militares, Corredores Viales y Télam, hasta RTA, el Belgrano Cargas y Logística y Operadora Ferroviaria, por mencionar solo algunas.
Uno de los objetivos de fondo al reestructurar la Jefatura será darle a Francos la posibilidad de dedicarse de lleno, principalmente, a la política. Una impronta exactamente opuesta a la de Posse, que se veía a sí mismo como el CEO de una empresa y evadió cada vez que pudo los pedidos para que se involucrara en las negociaciones políticas con propios y ajenos.