Muy fuerte fue lo que se escuchó en Desayuno Americano, el programa que lleva adelante Pamela David a través de la pantalla de América TV. Allí, estuvo presente Fabiana Liuzzi, la exvedette que habló de lo que sucedió con su hijo Antonito, fruto de su relación con Luis Ventura.
Esto tiene que ver con que el último fin de semana fueron a ver a Leda Bergonzi, la sanadora oriunda de Rosario, quien aseguran que posee el don de curar por imposición de manos. «Yo hace tiempo que la seguía… La verdad es que fue una experiencia tan maravillosa, tan emocionante. Yo no tenía ningún contacto», comenzó diciendo.
«Una amiga me dijo que iba a estar y no lo dudé, dije ‘vamos’. Fuimos sin saber si íbamos a poder entrar. Lo increíble fue que entramos por la gente. Eso fue tan emocionante. Cuando íbamos avanzando, las mujeres empezaron a decir ‘Antonito, tiene que entrar’. Una de las señoras, dijo que nos cedía el lugar», aseveró.
«Eran tan emocionante para mí el cariño. Había gente con suero, en silla de ruedas, niños con patologías terribles. La misma gente nos ayudó a entrar y eso fue lo más hermoso que nos pasó. Había hombres que se lo cargaron en sus hombros para poder entrar. Toda la gente estaba abrazándolo. Con Antonio fuimos unos privilegiados, le agradezco a Dios y a la gente. Entramos por la misma gente. Sentí que Dios nos allanó el camino. El amor que le tiene la gente a él es algo que me conmueve. Había gente, colaboradores que cuando lo vieron dijeron ‘Antonito, viniste'», comentó.
«Ay, se me pone la pie de gallina», dijo Pamela David consternada por lo que estaba escuchando. Fue en ese momento cuando Fabiana Liuzzi se angustió y rompió en llanto al hablar de su hijo y de las maldades que tantas veces le dicen. «A mí también, lloré tanto. Fue tan emocionante. Fue algo realmente hermoso. Ay, perdón… la verdad es que fue una gran experiencia», apuntó.
«Mi hijo es especial no porque tenga un diagnóstico… es especial porque es un ángel en la tierra. Hay gente con maldad que me dicen ‘mirá lo que te pasa’. Quiero que sepan esas almas oscuras que lo que me pasa es lo más maravilloso que me pudo regalar Dios. Es un disfrute todos los días. Te entrega todo el amor que tiene sin pedir nada a cambio. Te enseña que una sonrisa vale, un abrazo, el estar bien de salud. Perdón…», dijo Fabiana. «Yo le pedí que mi hijo fuera feliz», destacó.