Mario Cargnello, Monseñor de Salta, protagonizó una escena que podría desconcertar a los fieles. El arzobispo salteño fue sorprendido por un control de la seguridad vial mientras volvía de una reunión social, los oficiales siguieron el protocolo correspondiente y le pidieron su licencia de conducir y le preguntaron si había ingerido alcohol, las respuestas que brindó el religioso habían sido merecedoras de distintas sanciones.
El arzobispo salteño, a bordo de una camioneta, reconoció no tener a mano el carnet que lo habilitaba para manejar. Cargnello buscaba incesantemente entre los documentos del vehículo cuando el oficial a cargo de su inspección le hizo la pregunta más importante: «¿Ingirió algo, señor?«, haciendo alusión a sí había consumido alguna bebida alcohólica. Ante la interrogante, el obispo se sinceró con el oficial de tránsito. «Sí, sí, sí. Vengo de una cena, no lo puedo negar, no puedo mentir«, confesó.
Ante la situación, el agente que estaba a cargo de la situación lo dejó ir con una advertencia. «Por esta vez vaya Monseñor», dijo el oficial. «Gracias, muchas gracias, tengo que ir a misa a las 8», respondió el religioso salteño antes de partir. La situación quedó archivada gracias a un video que grabó uno de los agentes desplegados en el operativo y luego compartió las imágenes a El Intra.
Sin carnet y con alcohol: ¿qué puede pasar si manejamos así?
La primera infracción cometida por Mario Cargnello fue también la que se castiga de forma más leve. Circular sin licencia de conducir pero estando habilitado solo nos sancionará con una pequeña multa. El mayor problema de Cargnello fue su segunda infracción: haber tomado antes de manejar.
Conducir habiendo ingerido alcohol es una de las infracciones de transito más comunes en el mundo. Estar bajo los efectos de esta sustancia puede acarrear: reducción de la visión periférica y vista doble, dificultando nuestra capacidad de leer la situación en la calle; un falso sentido de seguridad y euforia; y una disminución en la coordinación y atención, que retrasa y dificulta la toma de decisiones al volante.
En Argentina, se encuentra vigente la Ley Cero, que prohíbe que se pueda conducir teniendo más de cero (0) miligramos de alcohol por litro de sangre. Esta es la infracción más grave cometida por el arzobispo salteño. En otros casos, dependiendo del nivel de alcohol en sangre y el juicio del inspector, uno podría perder su licencia, quedar detenido, perder su vehículo y hasta ser arrestado.