Las fuertes lluvias que azotan Rio Grande do Sul han causado la muerte de 31 personas, informaron este viernes las autoridades de Brasil. Más de 70 personas siguen desaparecidas y al menos 17.000 han sido desplazadas en el estado, que ha visto afectadas casi la mitad de sus 497 ciudades, según la oficina local de Defensa Civil.
En varias ciudades, las calles se convirtieron en ríos, con carreteras y puentes destruidos. La tormenta también provocó desprendimientos de tierra y el colapso parcial de la estructura de una presa, en una pequeña central hidroeléctrica. Una segunda presa en la ciudad de Bento Gonçalves también corre el riesgo de derrumbarse. Se ordenó la evacuación de los habitantes de las inmediaciones.
«No se trata de una situación crítica más, sino probablemente del caso más crítico jamás registrado en el estado», declaró el gobernador de Rio Grande do Sul, Eduardo Leite, quien añadió que es probable que el número de muertos siga aumentando, ya que las autoridades no han podido acceder a determinadas localidades.
Lula viajó al sur de Brasil
El presidente Lula da Silva viajó al estado el jueves para visitar los lugares afectados. «No faltará ayuda del Gobierno federal para cuidar la salud, no faltará dinero para cuidar el transporte, la alimentación, todo lo que esté al alcance. Ya sea a través de ministros, de la sociedad civil o de nuestros militares. Dedicaremos 24 horas de esfuerzo para que podamos satisfacer las necesidades básicas de las personas que se encuentran aisladas por las lluvias», afirmó el mandatario.
El estado de Rio Grande do Sul, que limita con Uruguay y la Argentina, vivió nueve ciclones extratropicales en 2023, con casi un centenar de fallecidos, sin embargo, a decir de las autoridades, este fenómeno es mucho peor. La presa de la Central Hidroeléctrica 14 de Julio se rompió parcialmente el jueves, por lo que los municipios vecinos están en alerta en caso de que los ríos salgan de su curso.