La ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, quiso viajar en colectivo para denostar el paro general de la CGT, al cual adhirieron algunas líneas de transporte. Sin embargo, la intención de demostrar que el país sigue funcionando normalmente no le salió del todo bien. Al subirse a una de las unidades que sí funciona en la Ciudad de Buenos Aires, no sólo no tenía SUBE, sino que la tarjeta que le prestaron para viajar no tenía saldo.
“No tiene saldo, viejo. Es un caradura, no tiene saldo”, bromeó la funcionaria, antes de devolver la tarjeta y descender del colectivo por la zona de Constitución. Aunque fue un momento algo incómodo para la titular de la cartera de seguridad, todos se lo tomaron con gracia, incluso el colectivero, quien se rio de la situación.
Declaraciones previas de Patricia Bullrich
Pocas horas antes, Patricia Bullrich reflexionó sobre la medida de fuerza que paraliza, en parte, a todo el país. Ante la parcial adhesión, la ministra afirmó que se trata de «el paro de la debilidad», mientras que el secretario de Transporte, Franco Mogetta, destacó que “el 40% de los colectivos están funcionando”.
“Hemos detectado que ya hay más de 2300 unidades en la calle, cerca del 40% de lo que es un día normal de transporte, y hay empresas que se siguen sumando. Por primera vez en la historia, vamos a descontar el día a las empresas que no presten su servicio. Hasta el día de hoy se venían pagando estos días de paro, se financiaban estas huelgas”, sostuvo el funcionario en una rueda de prensa junto a Bullrich.
En tanto, la funcionaria aseguró que la Secretaría de Transporte y el Ministerio de Seguridad trabajaron para garantizar que aquellos que desearan trabajar pudieran hacerlo sin temor a represalias. «Hay muchísimas líneas de colectivos que quieren trabajar. Ya hemos visto actos mafiosos: miguelitos, rotura de vidrios de colectivos que quieren trabajar, bloqueos a empresas«, expresó la ministra sobre los incidentes ocurridos.
“Que se dejen de joder y vayan a trabajar”, sentenció Bullrich. Además, informó que las fuerzas de seguridad están desplegadas en las zonas donde se registraron hechos de violencia y extorsión. «La idea nuestra es que la gente tenga la libertad para trabajar, que ningún mafioso los pueda interrumpir», reiteró la ministra, reafirmando su compromiso con la seguridad y la libertad laboral de los ciudadanos.
