Siempre dispuesta a decir lo que piensa. De esta manera es como se muestra nada más y nada menos que Cristina Pérez, una de las periodistas más importantes de los medios de comunicación de nuestro país, quien actualmente se encarga de conquistar a su público en Radio Rivadavia.
Esto sucedió en «Cristina Sin Vueltas», el ciclo donde habló de lo que está pasando con la opinión. «Quedó claro que hay dos oposiciones. La dialoguista que comparte objetivos con el gobierno pero que también le enrostra matices sobre temas sociales y el rol del estado, como lo demostró el discurso del gobernador Maximiliano Pullaro en el día de la Bandera. La otra, es la oposición dura, representada por el kirchnerismo que también ayer en voz de Máximo Kirchner, el hijísimo, salió a cruzar al presidente Milei», comenzó diciendo.
«La oposición K viene fracasando en sus intentos destituyentes y eso no es neutral. Profundiza las divisiones internas y deja en evidencia dos cosas: el desgaste de la conducción y la falta de autocrítica y renovación ante la derrota. Sin embargo, aunque sean dos estilos de oposición bien diferenciados, no sólo tienen vasos comunicantes, sino que son oposición al fin. Y en un sentido ambos sectores andan a tientas y recalculando para tratar de recuperar la sintonía con la sociedad y descifrar al sector que no votará por Milei o encontrar la veta de los que puedan ser oscilantes», sostuvo.
Sin tapujos, Cristina Pérez fue por más. «Cualquiera podría decir que es muy temprano para hablar de esto, porque todo depende de cómo le vaya al gobierno con su plan económico. En estas horas las miradas están puestas en las definiciones cambiarias y monetarias que puedan surgir luego de la sanción de la Ley Bases y en si el gobierno podrá como promete empezar a eliminar el cepo, aunque sea por capas. En la oposición y en el gobierno cunde la necesidad de superar cualquier fragmentación que derive en balcanizar la política argentina», lanzó.
«La elección de tres tercios ya dejó la dificultad de un gobierno extremadamente débil en el Congreso pero también la complejidad al extremo para encarar negociaciones cuando no hay liderazgos claros. Eso es lo que está en juego, porque la sociedad puso en crisis los liderazgos existentes y tiene a prueba el nuevo liderazgo de Milei, hoy arropado por la esperanza a la espera, valga la redundancia, de resultados. Ahora vienen tiempos de definiciones. Para el gobierno, por sí o por no, se verá si hay o no hay recuperación y levantamiento del cepo», dijo.
Delante de los oyentes, Cristina continuó con su análisis. «Para la oposición, por sí o por no sabrán si conectan de nuevo la señal de wifi con la sociedad. Pero una cosa está atada a la otra porque la suerte de los opositores depende de la del presidente pero al mismo tiempo no pueden esperar para actuar. Ustedes dirán, en medio de tanta rosca adelantada ¿a alguien le importa el país? Ese es el desafío de la lucha por el poder. Que no se detiene mientras ambos deben jugar un rol institucional para gobernar ya sea en el Ejecutivo o en el Congreso y a veces parece que olvidaran que la sociedad los está mirando», disparó.
«El llamado del presidente a deponer las anteojeras también es un llamado a sí mismo y de alguna manera un reconocimiento del mandato de los argentinos: eligieron el cambio, pero lo dejaron maniatado por el antiguo régimen. Lo nuevo deberá nacer entre las caducas raíces de lo viejo. Darwin diría, la supervivencia del más apto», sentenció.