El domingo pasado, la Iglesia Católica de la Santa Cruz, ubicada en el barrio porteño de San Cristóbal, fue el escenario de un inesperado acto político durante una misa en homenaje a Nora Cortiñas. La ceremonia religiosa, destinada a honrar a Cortiñas, cofundadora y presidenta de Madres de Plaza de Mayo y a Víctor Ernesto, hijo de Adolfo Pérez Esquivel, derivó en un acto de militancia kirchnerista. Lo que debía ser un evento solemne y conmemorativo, pronto se convirtió en un espacio para expresar posturas políticas contrarias al gobierno de Javier Milei.
En un video grabado por uno de los asistentes, se observa cómo los feligreses comenzaban a entonar el cántico «La Patria no se vende», conocido lema opositor al gobierno de Milei, justo en el momento en que el sacerdote alzaba la copa para consagrar el vino y el pan. Este cántico fue acompañado por los monaguillos, quienes aplaudían y algunos fieles mostraban el símbolo peronista de los dedos en V. Cerca del altar, una figura rendía homenaje a Nora Cortiñas, resaltando la conexión de la ceremonia con la memoria histórica y política de la Argentina.
El suceso rápidamente se viralizó en redes sociales, y la agrupación La Néstor Kirchner, una subdivisión de La Cámpora, no tardó en ironizar sobre el evento en su cuenta de X: «En las iglesias andan diciendo: ‘La Patria no se vende’. Más precisamente en la Parroquia Santa Cruz. En una casa de Dios, mensaje a las fuerzas del cielo».
La historia de la polémica sede Santa Cruz de la Iglesia Católica
La iglesia de la Santa Cruz ubicada en CABA tiene una historia particular, especialmente durante la última dictadura militar, cuando sirvió como refugio y contención para los familiares de desaparecidos. En 1977, el exteniente Alfredo Astiz se infiltró en esta congregación, señalando a un grupo de religiosos que fueron secuestrados el 8 de diciembre de ese año.
Entre las nueve personas secuestradas se encontraban las monjas francesas Alice Domon y Léonie Duquet, y las madres Esther Ballestrino de Careaga y Mary Ponce de Bianco. Dos días después, la fundadora de Madres de Plaza de Mayo, Azucena Villaflor, también fue secuestrada. Hoy, los restos de las madres fundadoras De Careaga y Ponce de Bianco descansan en la iglesia.
Este contexto histórico agrega una capa adicional de simbolismo al evento del domingo. La iglesia de la Santa Cruz no solo es un lugar de culto, sino también un monumento a la resistencia y a la memoria de aquellos que lucharon contra la represión.
Homenaje a Nora Cortiñas
La presencia de la estatua Nora Cortiñas en este homenaje no es casual. Como figura prominente de Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora, su vida y obra están profundamente ligadas a la lucha por los derechos humanos y la justicia en la Argentina. Su homenaje en la iglesia de la Santa Cruz refuerza los lazos entre la memoria histórica y las luchas actuales. Al utilizar este homenaje como plataforma para un acto político, los asistentes conectaron la lucha histórica por los derechos humanos con la resistencia contemporánea a las políticas de Milei.