Florencia Peña tiene un gran vínculo con su hijo, sin embargo, la actriz admite que su entusiasmo la sobrepasa. Posteriormente, la conductora aseguró que ambos tienen mucho en común, con respecto a sus respectivas personalidades. Recordemos que la actriz recibe diversas críticas por la permisividad que tiene con Juan Otero.
A través de una entrevista con Pía Shaw para «La Nación», Florencia Peña habló del vínculo con su hijo. En este aspecto, expresó: «Juancito está en el streaming de Telefe. Fui al primer programa. Juan es como yo a la enésima potencia. Yo le doy la libertad que a mí no me daban. Juan vuela, siempre está como mil kilómetros adelante. Cuando yo pensé una cosa, él ya pensó diez. La tiene muy clara. Me cuesta ponerle el límite porque se comporta como un señor de 46 y a veces me doy cuenta que tiene 15», comenzó.
Finalmente, Florencia Peña aseguró que jamás limitó la libertad de su hijo. Además, manifestó: «Entonces le digo: “frená”, pero él me enseña mucho. Lo más lindo de mis hijos es que siempre han estado a la altura de ser mis hijos. Y yo les debo estar a la altura de ser su mamá porque ellos me han respetado mucho siempre mi individualidad. Nunca jamás me hicieron un planteo de nada de lo que haya hecho o dicho; al contrario, siempre es si te hace feliz. Nosotros acompañamos».
«Era la última vez»: Florencia Peña contó como fue la desgarradora despedida con uno de sus seres queridos
Florencia Peña contó en más de una oportunidad la relación tirante que tuvo con su padre. Sin embargo, al final de su vida, la actriz pudo zanjar algunas de sus diferencias. Posteriormente, la conductora confesó en otras entrevistas que actualmente mantiene un vínculo sobrenatural con su padre, con quien se comunica una vez por año.
A través de una entrevista con «Caras TV», Florencia Peña contó como fue su despedida con su padre. En este aspecto, expresó: «Cuando mi papá se estaba yendo, yo estaba haciendo Cabaret. Vino a verme. Entró a mi camarín, me abrazó muy fuerte y lloramos mucho juntos porque sabíamos que era la última vez que me iba a ver. “Ahora entendí, vas a estar bien”, me dijo. Le costó 40 años darse cuenta de que mi independencia no era algo malo, sino algo bueno», aseguró.