"Una muerte súbita": consternación en CDP por lo que dijo un participante del ciclo de Mario Massaccesi ESPECTÁCULO El Intransigente

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«Una muerte súbita»: consternación en CDP por lo que dijo un participante del ciclo de Mario Massaccesi

El testimonio fue realmente durísimo.

Mario Massaccesi

Fuertísimo fue lo que se vivió en Cuestión de Peso, el programa que lleva adelante Mario Massaccesi a través de la pantalla de Canal Trece. Y es que el comunicador se hizo cargo de esta nueva temporada que busca cambiarle la vida a los actuales participantes.

Esta vez, el protagonista fue Gastón, el último integrante a ingresar al formato, quien contó parte de su historia de vida. «Cuando nació fue gordito, después en la adolescencia adelgacé. A partir de casarme, después de los 27, 30 años, comencé a aumentar de peso de manera importante», comenzó diciendo.

«De la luna de miel ya vive con 5 kilos de más, pasaron seis meses y otros 5 kilos más. A medida que me iba a algún lado, volvía con 5 o 10 kilos más y seguía aumentando. Mi alimentación fue mucho embutido, empanadas, llegué a comer hasta una docena de empanadas, picadas, cerveza, alcohol», aseveró.

Frente a los televidentes, Gastón fue por más. «Hice miles de dieta, la de la luna, intermitente, mi hice el balón gástrico, pero bueno, no dio resultado. No hice los deberes como correspondía porque me sentía que estaba en una luna de miel. Comía, me llenaba y descendía», sostuvo.

«Descendía de peso rápidamente, dije ‘uh, buenísimo, está es la poción mágica’. En seis meses bajé 30, 40 kilos, no me acuerdo. Comía a cualquier hora y seguía descendiendo, pero después no tuve la conducta de llevar un seguimiento. El gordo es mentiroso de por sí… te dice que no comió, pero sí. Típica conducta de una persona enferma con sobrepeso», dijo en el programa de Mario Massaccesi.

«Es como barrer y poner la basura abajo de la alfombra. Acá están las consecuencias. Me empecé a dar cuenta y se me despertó una alerta. Siempre volvía a recaer. Los retos de mi esposa me generaban un rechazo, me decía algo y yo había lo contrario. Ella llegó a cansarse y a no decirme más nada. Yo hoy soy una persona que no sé si mañana puedo ir a la clínica. Puedo morirme de un paro cardíaco, de una muerte súbita», sentenció.

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