Victoria Villarruel, vicepresidenta de la Argentina, afirmó que los argentinos no se dejarán presionar por las declaraciones de la eurodiputada española Irene Montero, del partido PODEMOS. Montero había solicitado a la Comisión Europea intervenir para asegurar los derechos del pueblo argentino, especialmente de mujeres y personas LGTBI, y expresó preocupación por el apoyo del Partido Popular (PP) de España a las políticas de Javier Milei.
Montero hizo públicas sus inquietudes en las redes sociales y dijo: «Pedimos a la Comisión Europea que actúe para garantizar los derechos del pueblo argentino, especialmente de mujeres y personas LGTBI. Nos preocupa que el PP use las instituciones para premiar a Milei, responsable de políticas de miseria y de criminalizar a las defensoras de DDHH».
La respuesta de Villarruel no se hizo esperar y sentenció: «Argentina es un pueblo libre que no se deja presionar por ningún país extranjero. Somos un país orgulloso que quiere a sus familias fuertes y a los delincuentes en las cárceles, especialmente a los violadores. Todo lo contrario que usted, así que preocúpese por su país que nosotros nos ocupamos del nuestro».
La postura de Villarruel refleja un fuerte sentimiento de soberanía y autodeterminación, dejando en claro que la Argentina no aceptará injerencias externas en sus asuntos internos. Este intercambio subraya las tensiones internacionales y las diferencias ideológicas entre los libertarios y algunos sectores políticos europeos.
La eurodiputada Montero, conocida por su activismo feminista y en defensa de los derechos LGTBI, había articulado una carta, junto con otros representantes del grupo político The Left, dirigida a Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea. En la misiva, expresaban profunda preocupación por las políticas del gobierno argentino y solicitaban acciones concretas de la Unión Europea para proteger los derechos humanos en Argentina.
Villarruel no se quedó atrás
Por su parte, Villarruel enfatizó la prioridad del gobierno argentino de fortalecer la seguridad y la familia, y rechazar cualquier forma de presión extranjera. Este intercambio destaca no solo las diferencias políticas y culturales entre los dos países, sino también la creciente preocupación internacional por las políticas del gobierno argentino actual.