La vicepresidenta de la Nación, Victoria Villarruel, no figura en el Mapa del Estado, un sitio oficial que detalla la estructura de la Administración Pública Nacional. Este sitio, publicado en marzo por el equipo del Gobierno nacional, omite su inclusión, lo que ha reavivado las tensiones dentro del binomio presidencial.
La omisión de Villarruel podría ser un mensaje político de Milei, ya que sí aparecen nuevas figuras del Gobierno nacional en el Mapa del Estado como Federico Sturzenegger, nuevo ministro de Desregulación y Transformación del Estado, y Guillermo Francos, nuevo jefe de Gabinete, reemplazando a Nicolás Posse.
Además de no figurar en el organigrama oficial, a Villarruel se le negó una oficina en la Casa Rosada al inicio de la administración libertaria, otra señal de su limitado poder dentro del Gobierno. Esta decisión parece acotar sus competencias solo a la Presidencia del Senado, destacando su marginalización dentro del Poder Ejecutivo, además desde la llegada de funcionarios del PRO como Patricia Bullrich y Luis Petri, Villarruel ha sido relegada de cargos que en la previa pensaba manejar como Seguridad y Defensa nacional.
Organigrama polémico: Karina Milei como figura de mayor peso frente a Villarruel
El Mapa del Estado también revela una curiosa jerarquización. Karina Milei, secretaria General de la Presidencia y hermana del presidente, aparece en el mismo nivel jerárquico que el jefe de Estado, aunque con una representación más pequeña. Esta disposición subraya el poder e influencia de Karina dentro del Gobierno.
Bajo la supervisión de Karina Milei opera Santiago Caputo, un influyente asesor con conexiones en áreas clave de la administración gubernamental. Caputo tiene influencia en la Secretaría de Inteligencia del Estado (Side), liderada por Sergio Neiffert, y en la Secretaría de Justicia, donde Sebastián Amerio maneja los hilos, a pesar de que Mariano Cúneo Libarona es el ministro en los papeles.
Esta configuración del poder pone de manifiesto la creciente influencia de Karina Milei y su equipo en detrimento de otros miembros del Gobierno, como Villarruel, cuya ausencia en el organigrama oficial y falta de una oficina en la Casa Rosada son indicativos de su relegación dentro de la administración libertaria.
La crisis entre el presidente y la vicepresidenta, reflejada en estas decisiones y omisiones, sigue siendo un punto de tensión dentro del Gobierno. La visibilidad de estas diferencias en el Mapa del Estado destaca las complejidades y disputas internas que marcan la dinámica del actual liderazgo.