Desde la asunción de Javier Milei, casi 38.178 empresas han solicitado el Procedimiento Preventivo de Crisis (PPC), una medida que permite a las empresas implementar suspensiones, reducciones de jornada laboral o despidos por causas económicas. No obstante, solo 6.120 de estos casos han logrado acuerdos entre las partes involucradas.
El Centro de Economía Política Argentina (CEPA) reporta que el 65% de las empresas encuestadas han experimentado una disminución superior al 15% en sus ventas. Esta situación ha provocado una caída en la producción y un incremento en la capacidad instalada ociosa, que actualmente supera el 40%, según datos oficiales.
Caso de Fate: despidos y controversias sindicales
En medio de este escenario, la empresa Fate desvinculó a 97 empleados en mayo, alcanzando el límite del 5% permitido por las leyes laborales. Las disputas sindicales y las acciones gremiales ya anticipaban la posterior solicitud del PPC por parte de Fate.
El Ministerio de Trabajo confirmó que Fate ha iniciado el PPC, aunque esto no garantiza su aprobación. Durante la primera audiencia en la Secretaría de Trabajo entre Fate y el sindicato Sutna, no se llegó a un acuerdo, y los detalles específicos de las discusiones no se hicieron públicos.
Fate argumenta que los sobrecostos locales crean una «brecha de competitividad insalvable», dificultando la exportación de sus productos. Señalaron problemas como la «sobrecarga impositiva, restricciones cambiarias, sobrecostos laborales, baja productividad y alta conflictividad gremial», comparando la situación actual con la crisis de 2019, que se resolvió con aportes de capital de sus principales accionistas.
Alejandro Crespo, titular del Sutna, acusa a Fate de intentar «flexibilizar las modalidades de trabajo», lo que implicaría cambios en los sistemas laborales, reducción de tiempos de trabajo, eliminación de premios y modificaciones de labores continuas. El sindicato sostiene que los balances positivos de 2021 a 2023, que suman ganancias de 192 millones de dólares, deberían compensar la pérdida de competitividad.
La situación refleja las dificultades económicas que enfrentan las empresas argentinas, obligadas a recurrir al PPC para mantenerse operativas. Mientras tanto, las tensiones entre empleadores y sindicatos continúan, con Fate y Sutna como uno de los casos más emblemáticos de esta crisis.