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POLÍTICA

La imprudencia del gobernador Raúl Jalil con la visita de la Vicepresidente Victoria Villarruel a Catamarca

La visita generó reacciones mixtas, justo cuando el distanciamiento político interno dentro del gobierno de Javier Milei está en su clímax.

Victoria Villarruel

(Por Matilde Serra).- No había peor momento para recibir a la vicepresidente, Victoria Villarruel. Justo cuando la noticia de la exclusión de la figura de la segunda autoridad nacional se hace viral y se hace visible lo que ya era un secreto a voces: el gobierno de Javier Milei y Karina Milei está partido.

Pero ocurre que Javier Milei es el presidente, la máxima autoridad y quien tiene el poder de decisión sobre bienes y panes. Además, está visto que se trata de alguien con poco espacio de tolerancia para quienes no se disciplinan junto a él. Justo en este momento, Villarruel, decide visitar la provincia de Catamarca y su gobernador, Raúl Jalil, la recibe con honores propios de emperador.

La visita generó reacciones mixtas, justo cuando el distanciamiento político interno dentro del gobierno de Javier Milei está en su clímax, podría ser vista como un desafío a esta decisión y hasta una falta de lealtad o apoyo al liderazgo central del gobierno del Presidente.

Nada más hace unos días, la propia Karina Milei, tuvo que cruzar a la embajada de Francia para poner paños fríos en el conflicto que un tweet de Villarruel tratando a ese país de colonialista, que causó una breve tensión. También detrás de la hermana del presidente, Santiago Caputo, se reunió con empresarios franceses para consolidar las relaciones económicas entre ambos países.

El mensaje político que Jalil le envía al gobierno central con el despliegue de protocolo y ceremonial, también podría alcanzar a otros sectores del mismo gobierno catamarqueño, como el de Lucía Corpacci, creando tensiones innecesarias en un momento crítico para la administración.

Para colmo, la agenda de Villarruel en Catamarca incluyó la visita a obras relacionadas con el Ejército y actos religiosos, lo que fue visto por algunos medios como innecesarias demostraciones de adhesión a una figura tan controvertida para la Casa Rosada en este momento.

En tiempos donde la situación económica y social del país es tan delicada, el gesto del gobernador Jalil podría ser visto no sólo con un desafío a Javier Milei sino además como una despilfarro de recursos y tiempo cuando debiera centrarse en resolver problemas más acuciantes, como la pobreza , la falta de justicia y el desempleo.

Por último, la recepción a Villarruel, coloca al gobernador Jalil en una delicada posición, cuando justamente se habla de la intención de la vicepresidente de un hipotético reemplazo del presidente, de modo que Jalil quedaría “pegado” a un posible intento de posicionarse políticamente como un aliado de Villarruel.