El jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires (CABA), Jorge Macri, anunció en las últimas horas la decisión de cancelar la licitación de grúas y acarreos y no avanzar con la preadjudicación de contratos. Esto perjudicó a tres empresas, cuyos titulares están ligados al peronismo y, con el sistema anterior, terminaban no sólo hostigando a los automovilistas, sino también contando la plata por anticipado.
Se trata de las firmas Transportes 9 de Julio, Ashira Escoba SA y SAEM-Tránsito Rosario. Las dos primeras están ligadas a la conducción del gremio Camioneros, de la familia Moyano, que, tras la debacle de las antiguas concesionarias Dakota y BRD, tuvo que intervenir fuertemente en defensa de los trabajadores de esas compañías. En tanto, la tercera es la única que cuenta con experiencia real en el acarreo de vehículos.
Tanto La Unión Transitoria de Empresas (UTE) Ashira-Ecoba como Transporte 9 de Julio están ligadas a la recolección de residuos. Ashira comenzó en 1998 con el arrendamiento de equipos de higiene urbana y de tanques atmosféricos al Gobierno de la CABA. Desde 2014, tiene a cargo la recolección y barrido de una parte de la CABA; también opera en Trelew (Chubut), Junín, San Pedro, Balcarce y San Martín (Buenos Aires), y San Francisco (Córdoba). En tanto, Empresa Constructora Buenos Aires (Ecoba) tiene como actividad principal la construcción y recolección de residuos, a cargo del mantenimiento de espacios verdes en la comuna 5.
Por su parte, Ashira viene de protagonizar en las últimas horas un curioso incidente por el cual un camión tiró toda la basura sobre la avenida Belgrano en el barrio porteño de Almagro, en medio del conflicto entre el Gobierno porteño y el gremio de Hugo y Pablo Moyano. Desde la empresa dijeron que el vehículo tenía un principio de incendio y por ello actuaron de esa manera.
En tanto, Transportes 9 de Julio es una firma creada en 1976 en Santa Fe, con participación en la recolección de residuos de La Plata y Mar del Plata, donde también ofrece servicios como “recolección domiciliaria, barrido de calles, remoción de residuos voluminosos y montículos, limpieza de playas y servicios particulares”. En círculos empresariales y sindicales la relacionan con la familia Moyano.
Finalmente, SAEM-Tránsito Rosario es la única con experiencia, porque tiene la concesión del estacionamiento medido en la ciudad de Neuquén y gestiona el acarreo en la ciudad de Rosario desde 2009. En Rosario se habla del empresario Horacio Héctor Miro con buena llegada al peronismo cordobés. Miro es un apellido conocido en la obra pública cordobesa y logró extender su influencia hacia Santa Fe cuando era gobernada por Omar Perotti, antecesor del actual mandatario provincial, Maximiliano Pullaro.
Un poco de historia
Pero todo esto de las grúas arrancó hace varios años, con Dakota, de Marcelo Violante, y BRD, de Bernardo Pérez. Estas empresas controlaron el servicio de acarreo de los autos mal estacionados, trabajando hasta 2022 con contratos vencidos desde 2001. En agosto de 2022 fue que trascendieron los montos que representaban casi un regalo para esas firmas porque la inflación licuaba ese valor fijo mes tras mes, que le pagaban a la CABA durante el gobierno de Horacio Rodríguez Larreta y desde 20 años atrás.
Estos concesionarios comenzaron a operar cuando no existía la figura del Jefe de Gobierno porteño y en su reemplazo había un intendente nombrado por el Poder Ejecutivo Nacional. El mundo grúa opera en la CABA desde los pretéritos tiempos del siempre influyente Carlos Grosso y el poder del peronismo local, reseñó NA.
Desde que Dakota y BRD no circulan más por las calles porteñas, el servicio se estatizó, y las grúas continúan operando, pero sin tanta voracidad, a cargo de Autopistas Urbanas SA (AUSA), la empresa de gestión estatal que realiza el servicio a demanda, es decir, luego de una denuncia por mal estacionamiento, por obstrucción de un garaje o de una rampa.
A posterior, el número de acarreos descendió cerca de un 70% durante el 2023, y levantaron un poco más de la tercera parte de los vehículos con relación al 2022, el último año de operaciones de Dakota y BRD. Sin embargo, esa situación iba a cambiar porque el exjefe de Gobierno Rodríguez Larreta, había preadjudicado el servicio a tres compañías que ya tenían sus planes hechos para recaudar a fondo como en los tiempos de Dakota y BRD.
Pero, además, utilizando tecnología de vanguardia que posibilitaría eficientizar los procesos y tener más ingresos a costa de los sufridos automovilistas. Desde el actual gobierno a cargo de Jorge Macri, explicaron: “Más allá de la cuestión política entre la vieja guardia de funcionarios que responden a Larreta y los nuevos de Jorge y de la relación rota entre los Macri y los Moyano, la verdad es que los empresarios que habían sido preadjudicados con los contratos, estaban contando la plata por anticipado”.
De esta manera, para los funcionarios de Rodríguez Larreta, la idea fue aplicar una política gatopardista en la elección de empresas. “Cambiar todo para que nada cambie”, como enseñó el italiano Giuseppe Tomasi di Lampedusa. Porque, las tres empresas que sortearon una primera ronda, en la cual quedaron fuera del juego Rinkel Trail-Escalum Investment, y Plen Air Park SA, tienen relaciones con el moyanismo y hasta el peronismo cordobés.
