El Prosecco es un popular vino espumante originario del noreste de Italia. La región de Prosecco es la Denominación de Origen Controlada (DOC) más extensa de ese país. Abarca desde la ciudad de Vicenza hasta Trieste, en la frontera con Eslovenia. El éxito de este espumante fue tal que los productores tuvieron que tomar medidas para prevenir la explotación del nombre en manos de bodegas ajenas. Entre ellas, procedieron al renombre de la variedad de uva que sirve de base para su elaboración. Antes homónima, desde 2009 pasó a ser referida como Glera, mientras que Prosecco se convirtió en la DOC, legalmente protegida.
La zona de producción clásica, con más de 6000 hectáreas, se ubica en las colinas que median entre los pueblos de Conegliano y Valdobbiadene, a una altura que oscila entre los 50 y los 500 metros. Aunque existen versiones Brut del Prosecco, las variedades más comunes son Extra Dry. Asimismo, está permitida la incorporación de hasta un 15% de variedades internacionales, tales como Chardonnay, Pinot Bianco y Pinot Grigio, que contribuyen en el sabor y la graduación alcohólica.
Los ejemplares superiores proceden del Cru de Cartizze, un viñedo de 107 hectáreas en las colinas de San Pietro di Barbozza, Santo Stefano y Saccol, en la comuna de Valdobbiadene, cuyos frutos son normalmente más maduros.
La uva: Glera
La uva blanca de piel delgada que ha dado origen al Prosecco empezó a cultivarse en las regiones de Veneto y Friuli desde hace cientos de años. En 2009, un creciente número de productores vitivinícolas americanos se interesaron por el éxito del Prosecco, por lo que los productores italianos buscaron la manera de proteger el nombre, y hallaron la solución siguiendo el ejemplo de los franceses con el caso del Champagne. La relativamente alta acidez del fruto constituye un acierto para la elaboración de vino espumante, concediendo un seductor aroma a melones, duraznos, peras y flores blancas.
El ingrediente secreto de Emma D’Arcy
Emma D’Arcy saltó a la fama internacional al interpretar el papel de Rhaenyra Targaryen en la serie de HBO, La casa del dragón. Rhaenyra es la legítima heredera al trono tras el fallecimiento de su padre. No obstante, por su condición de mujer y por las ambiciones propias de las sociedades feudales, su sucesión es saboteada por su medio hermano. La historia procede a narrar los esfuerzos inclaudicables de la protagonista por mantener la paz mientras demanda el reino que le pertenece por linaje.
El carisma de Emma D’Arcy trasciende a su soberbia interpretación actoral. En efecto, la celebridad fue protagonista de un video que es furor en Internet por la muestra de sus encantos naturales. El fragmento que revoluciona las redes sociales aconteció durante una entrevista mutua con su compañera de elenco, Olivia Cook. En ella, Cook pregunta a D’Arcy por su trago favorito, a lo que responde con cadencia cautivadora «Negroni Sbagliato«, y tras una pausa agrega «con Prosecco«. El resultado fue una horda de fanáticos e internautas que indagaron en búsqueda de la receta para recrear los gustos de su artista de preferencia.
La diferencia entre Prosecco y Champagne
La distinción más notable entre Prosecco y otros vinos espumantes, tales como el Champagne, radica en la manera en que se producen las burbujas. Existen distintos métodos para producir dióxido de carbono en un vino. La técnica más costosa y conocida, llamada el método tradicional, consiste en llenar una botella con un vino base seco, y luego agregar levadura y azúcar antes del encorchado. Mientras la levadura consume el azúcar, se produce el dióxido de carbono por proceso natural. Esta es la manera en que Champenois produce su celebradísimo vino. El método tradicional implica que la segunda fermentación ocurra dentro de la botella. Sin embargo, este método también afecta al vino, añadiendo complejidad, textura y sabores tostados, especialmente con el tiempo. No obstante, no todos los vinos deben ser necesariamente producidos de esta manera. Algunos tipos se benefician de la juventud y el brillo. Es por eso mismo que el Prosecco pasa por un proceso diferente.
En la mayoría de los casos, la segunda fermentación del Prosecco sucede en un gran tanque. Este proceso recibe varios nombres, tales como Charmat-Martinotti, método italiano, cuve close o autoclave. Entre las ventajas se cuentan que es más económico e implica menos trabajo que el método tradicional. El vino base se agrega a un tanque de presión. Luego se impulsa la segunda fermentación con el agregado de levadura y azúcar. Una vez alcanzada la atmósfera deseada, se procede al enfriamiento del vino, interrumpiendo así la fermentación rápida. Este método retiene la fragancia y frescura propias de la uva Glera.
Ahora que conocés los secretos detrás del trago favorito de Emma D’Arcy, te invitamos a abastecerte de un buen Prosecco para añadir a tu Negroni, o bien, para disfrutarlo solo, bien frío y acompañado de una selección de quesos, olivas y frutos secos.