La vicepresidenta Victoria Villarruel denunció que no se le permitió el ingreso a su equipo de colaboradores en el acto de inauguración de La Rural en Palermo, donde el presidente Javier Milei brindó un discurso. La interna en La Libertad Avanza continúa y Villarruel sigue demostrando que tiene voz propia y que es capaz de discernir hasta con Milei.
En respuesta a una pregunta del periodista Ramón Indart sobre la ausencia de fotografías cercanas del binomio presidencial, Villarruel explicó en su cuenta de Instagram: «No dejaron que ingrese un fotógrafo propio, tampoco nadie de mi equipo, salvo un colaborador que estuvo muy lejos mío, así que las fotos que tengo son las que me mandaron de varios lados».
La funcionaria concurrió sola al evento. Desde su entorno aclararon que no se cursó invitación a los senadores, salvo al presidente provisional, Bartolomé Abdala, quien se sentó a la izquierda del presidente de la Sociedad Rural Argentina, Nicolás Pino, y su esposa. No hubo diálogo entre Villarruel y Milei más allá de un saludo protocolar.
Durante el acto, la exdiputada nacional fue una de las figuras más aplaudidas antes del ingreso del presidente, recibiendo vítores de los asistentes. En respuesta, ella agitó una bandera argentina. El evento registró un frío reencuentro entre ella y Milei tras la polémica generada por su publicación xenófoba en redes sobre Francia. El intercambio entre ambos se limitó a un beso en la mejilla sin mirarse a los ojos.
El Gobierno busca mantener unidad y cordialidad entre funcionarios
A pesar de las tensiones, el Gobierno buscó mostrar una imagen de unidad. Estuvieron presentes varios ministros del gabinete, incluyendo a Karina Milei, Guillermo Francos, Patricia Bullrich, Luis Petri, Mariano Cúneo Libarona, Federico Sturzenegger, Diana Mondino, Mario Russo, Sandra Pettovello y Luis «Toto» Caputo.
Mientras tanto, Villarruel se mantuvo al margen de las interacciones más distendidas. La pareja Jorge Macri y Belén Ludueña se encargó de cebar mates al presidente Milei, compartiendo risas y charlas informales, situación que no pareció afectar a la vicepresidenta.
