En esta entrega emprenderemos un recorrido por la península ibérica para conocer los secretos de esta bodega decimonónica reconocida a nivel global. Geográficamente, nos situaremos al noreste de España, en la zona de Rioja Alta, por el valle del Ebro y, más puntualmente, en la ciudad de Haro.
Como vimos anteriormente en otras entradas, a finales del XIX se extendió por Europa una plaga de la filoxera de vid, proveniente de Estados Unidos. La presencia de este insecto implica asimismo la proliferación de hongos que necrosan las raíces. A diferencia de las norteamericanas, las vides francesas son especialmente sensibles al ingreso de estos microorganismos. Esta contingencia propició la llegada de comerciantes vinateros franceses de Burdeos a España, buscando soluciones a la plaga. Así, Rafael López de Heredia y Landeta se acercó y nutrió del conocimiento de los franceses, decidiendo finalmente la fundación y construcción de la bodega que hoy lleva su nombre.
Entre 1913 y 1914, López de Heredia, mientras supervisaba y cimentaba las instalaciones, procedió también con la plantación «Viña Tondonia«. De esta manera, vieron la luz los orígenes del producto más célebre de la bodega. Viña Tondonia supone un frondoso viñedo de más de cien hectáreas que descansa a la margen derecha del río Ebro. Allí se cultivan las vides más típicamente riojanas. López de Heredia posee asimismo otros tres viñedos, enclavados igualmente en la Alta Rioja, denominados «Viña Cubillo», «Viña Bosconia» y «Viña Zaconia».
El terreno destinado a los viñedos suponen una extensión total de 170 hectáreas, que producen una media anual de cerca de 800 toneladas de uva, destinadas a la elaboración de los vinos de la más alta calidad. La calidad, reconocida mundialmente, de las plantaciones, así como de las variedades empleadas, son complementadas con una asombrosa bodega. Tanto la plantación de los viñedos, como la creación de la bodega siguieron un proceso análogo: de manera paulatina y sumo cuidado.
Relato fundacional
Una vez que los comerciantes burdigalenses hubieron retornado a Francia, a raíz del cambio en la política arancelaria y de aduanas, que dificultaba severamente la exportación de vinos al territorio galo, Rafael López de Heredia y Landeta comienza un proceso de elaboración de vinos. Con el cierre de las fronteras francesas, en 1892, el fundador tenía previsto producir vino, primero con uvas procedentes de las viñas de la región y, posteriormente, adquiriendo terrenos donde plantar sus propios viñedos.
Viña Tondonia tiene como máximas, desde hace más de cien años, la selección y el amor, siguiendo las directivas del fundador. A lo largo de cuatro generaciones, y pese a las tentadoras y siempre presentes ofertas de las más variadas empresas multinacionales, R. López de Heredia Viña Tondonia sigue permaneciendo una bodega unifamiliar. En efecto, el proceso de elaboración de vinos supone un cúmulo familiar, transmitido de manera horizontal, de generación en generación, arraigado en la perpetuidad tradicional y en la honda convicción de la validez y vigencia metodológica.
Es fundamental mencionar que no debe pensarse la tradición como un concepto estático o reticente a la innovación. Por el contrario, hay que verla en términos dinámicos, priorizando los valores de antaño y criterios estéticos que resisten el devenir del tiempo y garantizan un vino refinado, de calidad artesanal suprema.
Los secretos de Viña Tondida
En sus casi 150 años, las generaciones López de Heredia se han consagrado a un solo propósito directivo: el de conseguir vinos excepcionales, obras que combinen la artesanía y el refinamiento, pasibles de rivalizar con los más famosos del mundo. Esta directriz vio su origen en un anhelo que el fundador de la bodega definió, en el siglo XIX, en términos del «Rioja Supremo«. El cuidado amoroso de los viñedos, la infalibilidad en el proceso selectivo de los frutos, la crianza en barricas de roble situadas en profundas galerías subterráneas y el posterior envejecimiento en botella conceden a estos vinos la dominante sutileza de matices que componen un bouquet verdaderamente excepcional.
Con el paso de las décadas, los vinos de López de Heredia recibieron distintas nomenclaturas, de acuerdo al estilo de su elaboración. Hoy en día, las distintas ofertas están presididas por el «Viña Tondonia«, tal como previo el fundador en sus más tempranos sueños.